A pesar de ser insoportable, Gug era chistoso, se la pasaba hablando de su "Historias" con gente que ni conocía, yo mucha importancia no le daba ya que solo seguía mi meta: Llegar a Filia y buscar a Kazu, pero no esa vez, la noche estaba muy oscura y otra vez, lo único que lograba ver en aquel pastizal eran aquellas hermosas luces del cielo que iluminaban y daban un lindo aspecto al cielo.
Decidimos parar en una zona donde el pastizal era mas bajo, donde armamos una fogata con ramas de arboles cercanos y algunos otros pastizales; decidimos acostarnos, descansar y esperar al siguiente día, donde esperábamos llegar por fin a destino.
Aquellas luces, una vez más, se escondieron para dar comienzo a una aún más grande.
El día estaba frío, húmedo y las nubes no daban señal de buen tiempo.
Me desperté, miré a los demás, Zafi dormía bajo un árbol acurrucada del frío, el caballo de Gug, entre unos pastizales durmiendo, y Gug...bueno, él dormía todo desparramado cerca de la fogata ya apagada por el viento, roncaba con la boca abierta y emitía sonidos raros constantemente, hasta aveces, parecía que hablara dormido. Daba risa de tan solo mirarlo dormir, era patético.
No aguante la risa y lo desperté. Al parecer se asustó porque pegó un salto y un grito que hizo despertar a ambos caballos. Estallé de la risa. Gug me miraba rarísimo, sus pelos estaban todos despeinados y tenía un pedazo de pasto pegado en su cara.
-¿Que te pasa?-Dijo con una voz ronca mientras se estiraba del sueño
Seguí riéndome. Me levanté y me dirigí a donde Zafi, ella seguía acostada, esta vez, lamiéndose una pata.
-Buen día Zafi- Le dije sonriendo mientras me dirigía a acariciar su hocico- ¿Dormiste bien?
Ella acercó su frente hacia la mía y se me quedó mirando con sus grandes ojos marrones. Que bella era.
-Prometo protegerte, protegerte como a nadie antes pude proteger- Susurré mientras la acariciaba
Gug, quien estaba ya parado, tras un bostezo dijo:
-Ajá...Bueno, seguimos?
Lo miré y sonreí. Ya quedaba poco para poder llegar, no sabía como iría a reaccionar Kazuki después de cuatro años de que la tragedia de Artyon ocurrió. Quizás ya se habría olvidado y todo volvió a ser como lo solía ser cuando eramos pequeños. ¿Que sería de mi tío Kaizer?, ¿Que sería de los elfos del pueblo? Eran todas preguntas que necesitaba tener respuestas lo antes posible.
Zafira se paró, se dejó poner su montura y me monté en ella. Gug hizo lo mismo con su caballo, quien hasta ultimo momento siguió acostado en los pastizales, tal de vez después de todo eran cómodos...
El camino era largo, pero por fin logramos salir de aquellos pastizales y volvíamos a los bosques infinitos y profundos de aquel mundo.
Gug decía saber como llegar, y tonto como yo solo, le creí.
Caminamos un largo tiempo a través del bosque, él frenaba cada tanto y miraba en todas direcciones simulando saber el camino. Un idiota.
-Nos perdimos, ¿verdad?-Le pregunte frenando a Zafi
Gug me miró y sonrió con cara de tarado, sabiendo que ya no podía fingir más saber el camino a Filia.
-Genial...-Dije revoleando mis ojos-¿Y ahora?
-Perdona Snaar, solo quería hacerte reír-Dijo tras una pequeña risa amistosa.
-¿Me ves reír?
-Bueno...no en realidad, pero...
-No.-Le dije en un tono serio. Tome las riendas de Zafira y me adelanté a buscar el camino correcto.
Gug venía detrás de mi, observando cada hoja de otoño que caía de los arboles. Era evidente que el inteligente allí era su caballo.
Aún no entiendo porqué le di la Xecron, aquella famosa espada que me había dado Kaoru, el líder o rey de los Zakatsu. Quizás fue porque vi en él una meta, al igual que la tengo yo o quizás fue porque simplemente no se usar espadas. Gugston realmente aveces cansaba. Pero si él era realmente un guerrero fiel a su destino, estoy seguro que a pesar de ser molesto, nos ayudaríamos mutuamente y lograríamos conseguir ambas metas, al menos eso espero.
El camino se hacía largo, quizás mas largo de lo que predije antes de que Gug fingiera saber a donde nos dirigíamos.
El bosque estaba lleno de animales, colores y sonidos provenientes de aves que merodeaban por la zona.
-¿Sabes? hace días no como-Dijo Gug con todo de piedad
-Si hubiese sido tu, me hubiera comido a las hienas-Le respondí en un tono sarcástico-Dicen que no saben tan mal...
Gug no emitió ningún gesto al respecto, es más, solo cambió de tema.
-¿Vacas no hay en el desierto verdad?
Frené y lo miré seriamente. Nunca pensé que podría llegar a escuchar algo así.
-Dime que es broma...-Le dije
-¿No las hay?
-Adiós...-Dije tomando de las riendas a Zafi y galopando lejos de Gug.
Él no se iba a quedar atrás, obviamente, así que solo me siguió.
Con el tiempo noté a Zafi cansada, decidí parar y caminar unos metros más y descansar, pero mis puntiagudas orejas sintieron algo, el sonido del agua.
Entre las grandes hojas de los arboles se encontraba un gran río en descenso que caía de una pequeña catarata de una montaña.
Gug no dejaba de hablar, contaba que de pequeño en lugares así el hacia "Crafting" con sus amigos Zakatsu en balsas de madera.
La verdad, no me interesaba, pero lo escuché.
Él se acercó a las orillas del río, levantando los brazos.
Pero algo muy malo sentí venir en cualquier momento. Corrí hacia él y lo arrojé al suelo detrás de unos arbustos.
Los caballos estaban en el bosque, no muy lejos del río.
-¡¿Que pasó?!-Preguntó un tanto furioso
-¡Shh!-Le respondí apuntando hacia el lago, en donde una enorme y peluda bestia acechaba en busca de grandes pescados, un oso.
Gug se asustó. Lo podía notar en su rostro pálido.
Me aleje lentamente intentando no emitir ningún tipo de sonido y saqué a Ladiel, el arco dorado, de mi espalda apuntando a la bestia con una flecha, cerré mis ojos...y disparé.