viernes, 25 de octubre de 2013

Capítulo 12

Mis claros y azulados ojos se me cerraban bajo la fría noche del desierto. Mi cuerpo se sentía realmente muy debilitado. Por debajo de mi ojo izquierdo caía una cicatriz que me llegaba cerca de la boca y mi ropa se encontraba sucia y llena de arena. Yo me encontraba apoyado sobre el lomo de Zafi, mientras que ella, seguía su camino por el desierto, en donde, solo yacíamos allí nosotros dos y las luces del cielo, el cual cada vez que las miraba, me sentía protegido por ellas..
Miré a Zafi una vez mas, ella estaba lastimada también, se la notaba muy cansada por la forma de respirar, el cual impactaba en mi cuerpo. Sabía que dijera lo que dijera, ella no se detendría hasta protegerme. Recordé esa frase muchas veces en mi cabeza, siempre me recordaba a Gug y a Mandrake, su Dragón oculto en aquella cueva de la cascada..
<<Zafi me salvó la vida, Me..me salvó la vida>>
Tras pensar nuevamente en ella, miré una vez mas aquellas luces del cielo y cerré mis ojos..

Mis orejas habían detectado el relinchido de Zafira, el cual me hizo despertar de mi largo sueño. Vi a mi alrededor, aquellas luces del cielo, habían desaparecido y habían dejado lugar a una mas grande y luminosa..
Me encontraba en un Oasis realmente hermoso, no se como llegué a parar allí.. Miré a Zafira una vez más.
-¿Caminaste toda la noche, verdad?- Le dije mientras me acercaba a acariciar su hocico-Me debiste dejar allí. Mírate, estas lastimada.-
El caballo no le dio importancia a lo que dije, ella se acercó lentamente al agua del Oasis en donde hundió su cabeza y con fuerte tirón lo sacó del agua flameando y moviendo gotas de agua de su largo pelaje.
Miré mas allá del Oasis en donde nos encontrábamos. En aquel momento, solo se podía observar dos colores: El Dorado de la Cálida arena, y el Celeste del cielo. Aunque muchos no lo crean, yo era feliz.
Era Feliz junto a mis amigos, a las amistades que conseguí y perdí. Era feliz junto a Zafi..
<<No quiero perder mas gente, quiero vivir momentos, historias con ellos. Acabaré con este infierno, Mataré a Kali, Me vengaré de todos aquellos seres queridos que fueron mis Amigos. Quien sabe que habrá pasado con los demás, Gug, Kazu, Kaoru y su aldea, Mandrake..No dejaré que ocurra de nuevo, no esta vez>>
Dirigí mis delgados dedos hacia mi boca, tomé aire y largue un chillido que hizo mover la cabeza a Zafira hacia donde me encontraba yo, ella se acercó a mi y con un pequeño salto, me subí a su lomo.
Allí ibamos de nuevo, Caballo y Jinete, cuerpo a cuerpo en el desierto.
No pasó mucho tiempo hasta que noté a Zafi detenerse. Me acerqué para ver por que se había detenido. Asomé mi cabeza por la derecha y allí logre ver un pequeño pueblo quemado, lleno de cenizas..
Miré a mi alrededor y de nuevo, volví mi cabeza hacia delante.
Una imagen se me había aparecido en la cabeza, la imagen de una pequeña ciudad muy hermosa, donde niños, adultos y animales vivían allí felices.
Una pequeña lagrima se me apareció por mis ojos. Bajé mi cabeza y golpee ligeramente el lomo de Zafi dándole la orden se continuar.

Allí, a lo lejos, se podía ver un nuevo color, el verdoso y largo pastizal de las Praderas, en donde había que pasar para llegar a Filia, nuestro destino, en donde supuse que encontraríamos a Gug junto a su caballo.
Pasamos lentamente, noté a Zafira un tanto confusa, como si supiera el lugar en donde nos encontrábamos..
Al rededor nuestro se encontraban Arboles con hojas verdes, era increíble ver aquel color en todos lados luego de ver siempre el mismo color dorado de la arena. Me bajé del lomo de Zafira al darme cuenta de que también tenía aquel presentimiento de que conocía el lugar. Caminamos un poco y nos detuvimos frente a un árbol que se encontraba alejado de los demás. Zafi comenzó a oler al rededor del árbol. era extraño, también conocía aquella parte.
Tras minutos de observar, unas imágenes se me vinieron a la mente. La imagen de un animal atacando a Zafi y yo allí, apuntándole. Otra imagen era Zafi dejándose tocar el hocico por mí, cuando yo aun era pequeño.
<<¡Claro! Aquí es donde encontré a ella, a Zafira, donde le salvé la vida de aquella Hiena>>
Seguimos camino, cruzando arboles y plantas del húmedo pantano..
Mis puntiagudas orejas, de nuevo captaron algo a lo lejos, un sonido distinto a los demás que habíamos escuchado en el pantano, era claro que no era un animal de allí. ¡Tenía ritmo!
Nos acercamos lentamente, en donde una persona nos esperaba bajo la sombra de un árbol, mientras que con sus dedos, tocaba un instrumento extraño echo con materiales del pantano.
-¡Gug! ¿Estas bien?- Le grité mientras largaba un suspiro-Te creí muerto.
-¡Joven arquero! Yo te creí muerto igual, pero no, aquí estoy.- Dijo con una mirada sospechosa
Había algo extraño en él, su mirada, su forma de hablar. Él se paró y con una leve voz dijo:
-¿Ocurre algo?
- ¿Que has echo con Gug maldito?
-No se de que hablas, soy yo- Dijo con una carcajada.
Sabía que algo ocurría allí. Saqué a Ladiel una vez mas, el cual entre el el verde de las hojas, impactaba su color dorado por su oro en ella. Até una de mis flechas en ella y apunté a Gug.
-¡Que quien eres! o disparo.
Gug dejó aparecer una sonrisa maleficia en su cara repleta de dientes afilados que hizo que me asustara. Tras eso, alzo su mano y chasqueó sus dedos haciendo aparecer alrededor nuestro una manada de Hienas
Me asusté, bajé a Ladiel y una vez mas, miré a Gug, su cara comenzó a desvanecerse en el aire junto con su cuerpo en una ceniza negra.
El árbol que nos cubría era muy alto, por el cual, no nos tocaba el sol. Las Hienas comenzaron a acercarse lentamente cada vez mas y mas..
Alcé mi vista al tener el presentimiento de que había alguien allí arriba, en el árbol.
Allí se encontraba Gug atado al tronco del árbol con una mordaza blanca en su boca, tapando cada sonido proveniente de ella.
-¡Gug!- Dije.
Recordé que Kaoru me había entregado junto con Ladiel, unas flechas especiales. No me había dicho para que servían, pero rápidamente, las saqué de la funda y apunté a una Hiena.
Al disparar, la flecha abrió su punta en cuatro partes, largando de allí, una especie de gas, que hizo a dos de las hienas Confundirse y atacarse entre ellas..
Las demás hienas, sin entender la situación, atacaron a las dos confusas..
Estábamos libres, era hora de aprovechar a sacar a Gug de allí.
Me trepé al árbol, Até una Liana a una flecha, disparándola con Ladiel, el arco sagrado al suelo..
Desaté a Gug del tronco y por aquella liana, nos deslizamos.
Las Hienas continuaban peleándose.
-Apurémonos, no se cuanto tiempo durará el efecto- Dije mientras con una mano en la espalda de Gug, lo empujaba lejos del árbol.
-Si- dijo él mientras se sacaba la mordaza de la boca.

Me subí al lomo de Zafi y Gug al de su caballo, el cual se encontraba escondido tras un arbol lejos de la situación.
-Debemos continuar- Dije mientras continuábamos nuestro "Pequeño viaje" por el mundo de la verdad.

sábado, 19 de octubre de 2013

Capítulo 11

Algo extraño noté en la fría cara de Gug al pasar por el lago que llevaba a la cascada. Una expresión un tanto decidida. Los oscuros y largos pelajes de nuestros caballos flameaban en el aire mientras que cabalgábamos sobre ellos por la fría selva...Noté a Gug largar un cálido humo de su boca cada vez que respiraba.
A lo lejos, llegábamos a ver una pequeña luz entre los arboles.
-¡Una Luz!- Gritó Gug mientras que de nuevo, largaba un humo blanquecino de su boca- Por fin saldremos de este lugar.
Esquivamos unos cuantos arboles hasta que por fin llegamos a aquella luz que aparecía en la punta de la oscura y fría selva.
Al salir, la luz nos iluminó la cara por completo, llevamos nuestros brazos a la cara, cubriéndonos del sol.
-¡Maldito sol!- Grité mientras me descubría la cara poco a poco.
Detrás de esa oscura selva, se escondía un caluroso y iluminado desierto. Tiramos de las riendas al ver a lo lejos una silueta oscura..
-¿Que diablos es eso?- Preguntó Gug sorprendido.
-No lo se- Le respondí mientras lentamente me bajaba de Zafira.
Me acerqué lentamente mientras que miraba los alrededores. La misteriosa silueta, tomaba el aspecto de una persona con una manta negra encima..
Desde lejos, Gug me gritaba:
-!¿Que es?!
Decidí tomar la manta que llevaba encima. Al sacarla noté que lo que estaba detrás de aquella manta en el desierto era un cadáver, así es, un cadáver, sin piel ni órganos, tirado en el suelo con una flecha clavada en su espalda..
Miré una vez mas la manta que llevaba y allí pude ver el logo de Filia.
<<¡Claro! Ésta es la persona que quiso matarme, que hirió a Zafira con una de sus flechas>>
-Me pregunto por que aún sigue aquí.
-¡¿Que es, Snaar?!- Me gritó una vez más Gug.
-Nada, Sigamos- Le respondí mientras me levantaba lentamente..
Tomé a Zafira de las riendas y me subí en su lomo. Seguimos camino..
El cielo iba cambiando de color, Si, llegaba el atardecer, mi etapa preferida...En donde los grandes y pequeños dragones vuelan a través del anaranjado paisaje.
Gug me notó extraño al verme mirar con alegría el cielo..
-¿Ocurre algo?-
-No, no es nada- Dije mientras bajaba la mirada disimuladamente..

Un sonido extraño pasó por mis oídos, ese sonido que había escuchado tantas veces, el sonido del dolor, del grito, de la muerte.
-¿Has escuchado eso?- Le pregunté
-Amm..No, ¿que debí escuchar?- Preguntó Gug tras una carcajada
Nos detuvimos a observar los alrededores, a deducir que habría sido aquel grito que escuché..
Tras minutos, Gug gritó:
-¡Corre Sylph, Corre!-
Miré hacia atrás..una manada de Hienas se acercaba velozmente hacia nosotros..
Rápidamente, golpeé el lomo de Zafira y seguí a Gug..
Las Hienas eran realmente muy veloces, ellas se acercaban al lado del Zafira y intentaban derribar mordiéndole los tobillos..
Rápidamente, Saqué a Ladiel, el Arco sagrado que me otorgó Kaoru, el rey de los Zakatsu..
La cargué con una flecha y disparé a una.
La Hiena cayó al suelo herida, quizás muerta. Aun quedaban unas dos mas..
Cargué otra flecha a Ladiel, Apunté a la Hiena que teníamos a nuestra izquierda. Por desgracia, olvidé mirar hacia mi derecha..Otra hiena se había enganchado con sus dientes al lomo de Zafira..
Mordió mi Brazo derecho y me tiro de ella..
Caí al suelo con la Hiena a mi lado, Levante la cabeza, A lo lejos pude ver a Zafira y a Gug correr con su caballo a toda velocidad lejos de mí...
-¡Augh!- Susurré mientras estaba en el suelo.
Rodé sobre mi cuerpo en la cálida arena del desierto..
Me arrodillé poniendo mis manos en el suelo y agachando la cabeza..
Mis puntiagudas orejas titilaron al sentir nuevamente, un sonido extraño, Un gruñido.
Lentamente, alcé mi cabeza y logré ver a la Hiena mostrando sus filosos dientes hacia mí..
<<Es mi fin, lo he intentado, eso es lo importante, Quizás pueda llegar a ver de nuevo a mis viejos amigos en la nueva vida, a Arty, a Wildo, y ¿quien sabe? Quizás a Gug y a Kazu en algún momento>>
Bajé la cabeza cerrando los ojos, mientras esperaba que la Bestia se lance ferozmente sobre mí..

De nuevo. Mis orejas captaron algo.. Tras eso, un golpe, Lentamente alcé nuevamente la vista..
Allí estaba mi fiel compañera, Zafira, lastimando una y otra vez a la Hiena. Le Sonreí.
<<Zafi me salvó la vida al igual que yo a ella aquella vez>>
Ella asustada, me relinchó y me subí débilmente a su lomo..
Corrimos a mas no poder, el viento impactaba demasiado en mi cara mientras oscurecía en el desierto.
<<Zafi, me salvó la vida...Me, me salvó la vida...>>

domingo, 13 de octubre de 2013

Capítulo 10

La cueva de la cascada donde nos encontrábamos, era realmente tenebrosa, y lo decía un elfo de 16 años el cual vio mucho terror.
Noté a Gugston muy feliz después de verle dado la propuesta de llegar a mi destino, a mi meta; Mostrarle la verdad a Kazuki y acabar con la bruja que acababa con cada vida que se cruzaba en mi camino, cada amigo, cada familia, cada ser vivo...
Gugston estiró su mano hacia mi con una sonrisa en la cara y felizmente me dijo:
-Snaar, le prometo que no moriré..soy fuerte, no moriré hasta cumplir mi sueño, hacer feliz a la gente que me rodea, la gente como tu, que tiene deseos muy importantes que deben ser realizados y el sueño de salvar a Mandrake, mi dragón, de esta terrible pesadilla-Dijo con la cabeza gacha-Confíe en mi, Sylph.
La verdad, Gugston era un buen guerrero, valiente, uno de esos guerreros que no se ven a menudo, uno de los que no se rinden jamás. Aveces tenía miedo de él, Tenía miedo de que la Bruja termine una vez mas con la vida de las personas que quiero.. Ya vi morir a dos grandes héroes de mi vida, Artyon: Mi gran amigo de la infancia, el cual me ayudo junto a Kazuki, a resolver mis problemas de pequeño, el que a pesar de ser chistoso, se preocupaba por mi, por Kazuki, por sus amigos. y a Wildo: Un gran héroe que pasó por mi vida, un héroe el cual a pesar que no llevase capa, antifaz y no tenga poderes, él fue el héroe que salvo mi vida, el héroe que se sacrificó para salvar mi vida, el cual fui su mejor amigo, su único amigo...
Bajé la mirada mientras pensaba en ellos dos, en que pasaría si pierdo una vez mas a un ser querido..
-No lo permitiré.-Dije entre dientes- ¡Acabaré con ella!
-Estoy contigo-Dijo Gug apoyando su mano derecha en mi hombro.
Lo miré y le dirigí una sonrisa.
-Soldado, valla a dormir, mañana será la partida, rumbo a Filia, en busca de Kazuki.- Dije mientras me alejaba de la cueva observando una vez mas al gran dragón blanco que esta vez estaba echado en el suelo.
-¿Filia?-Dijo con voz baja- ¡Si, señor!


Al siguiente día, una luz me despertó, la luz del sol.
Tapé mi cara con mis manos, apartándolas de la luz mientras me levantaba de la cama..
-Es hora- Dije.
La Habitación era bastante linda, no era como en Filia, todo de piedra y madera, sino que todo estaba echo de paja, bambú y hojas de palmeras, me la quedé observando bastante tiempo. Me dirigí hacia el armario, un armario muy bonito, tallado a mano, con siluetas muy extrañas. Lo abrí, allí dentro, encontré mucha ropa..
Me decidí por un atuendo extraño: una camisa azul echa a mano por los Zakatsu, la aldea en donde estaba alojado. Me probé la camisa, y un pantalón negro que encontré en un cajón.
-Genial.-Dije mientras dirigía mi mano izquierda al bolsillo del pantalón
Dentro de éste, había algo, rápidamente saqué mi mano con el objeto en mi mano, lo miré.
-¿Un Anillo atado a un hilo?- me pregunté.
Decidí colocarlo en mi cuello, en forma de collar.
-Me veo genial- dije mientras tomaba la funda de las flechas que estaba al lado de la cama.
Justo al lado de éste, se encontraba Ladiel, el gran Arco sagrado, el cual me obsequió Kaoru por ser para ellos el "Sylph". Lo tomé y con una sonrisa, bajé las escaleras de la torre en donde se encontraba la habitación. Salí afuera y una vez mas, allí, me esperaba Zafira, saltando y relinchando mientras que su pelaje se movía de un lado al otro entre la luz del sol..
-¡Zafi!- Dije mientras corría felizmente hacia ella.
Puse la montura sobre su lomo y tomé sus riendas mientras me dirigía hacia la zona de los tres templos
Los templos eran enormes, todos tallado a mano en forma de pirámides.
En la puerta de uno de ellos, me encontré a Gugston, esta vez, lo vi distinto. Claro, en la oscuridad de la cueva, solo con una antorcha, no podía ver su rostro ni nada. Ahora que lo tenia cara a cara, lo podía ver mejor.
Su pelo era azulado y largo hasta el cuello, solo un mechón se le cruzaba entre los dos ojos. sus ojos eran rojos y llevaba puesto un traje gótico gris y negro..
Tras él, se encontraba un gran caballo tan grande como Zafira, color Blanco..
Nos miramos mutuamente y nos dirigimos al templo central, en donde Kaoru, el Rey de los Zakatsu se encontraba sentado en su trono..
Mientras caminábamos hacia él, observábamos con atención el gran cuadro que estaba por encima de él..
Una persona a caballo, con Ladiel, el Arco sagrado. Junto a él, una persona con Xecron,  la espada de Hércules..
Aún no entendía que trataba de explicar..
-Buen día, señor- Dijo Gugston mientras se agachaba ante Kaoru.
Yo seguía observando el cuadro, ya hasta había olvidado a que íbamos allí..
-¡Snaar, al suelo!- Me gritaba Gug entre dientes mientras estaba agachado en el suelo..
-Ah, si, lo siento..- Dije.
-Con que quieren matar a Kali..- Dijo el sabio mientras que acariciaba su barba..
-¿Kali?- Pregunté..
-Kali, la Diosa Oscura, capaz de "Matar" sigilosamente a personas felices...
Kali...Kali...El nombre me invadía cada vez mas en mi mente, no paraba de pensar en aquel nombre, yo sabía que en algún lado, había escuchado aquel nombre...
<<¡Claro! Kali era la bruja de los cuentos que me contaba mi tío Kaizer cuando era pequeño>>
-Con que así se llama- Dijo Gug pensativo..
-Mucha suerte, Sylph, y a usted también, gran guerrero..- Dijo el viejo mientras se paraba lentamente.
Le sonreímos y nos pegamos media vuelta..
-La profecía...Está completa- Dijo mientras se daba vuelta para observar el gran Cuadro..

Tomamos nuestro caballo y nos dirigimos en sentido al Este..
Pasamos por el río, observe fijamente la cascada, en donde detrás de esta, se encontraba la cueva en donde estaba Mandrake, el Gran dragón blanco, Dios de la Sabiduría, de la curación..
-¡Que el Show comience!-

viernes, 4 de octubre de 2013

Capítulo 9

La blanca y escamosa piel del gran dragón blanco de ojos azules se volvía mas anaranjada al ser reflejada con el fuego de la antorcha. Mis ojos no paraban de verlo; a veces abría sus enormes alas y gruñía, largando de su hocico un gas blanquecino.
Al escuchar la historia de Gugson, me di cuenta que él tenía una meta y sabía que pasara lo que pasara, él no se rendiría hasta defender a su amigo y sacarlo de esa profunda cueva bajo la cascada.
Finalmente me decidí. Gugson no era una persona el cual conocía de mucho tiempo, pero me di cuenta que él me ayudaría tal y como yo lo ayudaría a él. Noté que el tenia una confianza en mí, al ser el gran "Sylph" del que todos hablaban en la Aldea...
Decidí otorgarle la Gran espada Sagrada de Hércules, para que él, junto a mí... Podamos cumplir nuestra meta, ayudándonos uno al otro, como hermanos.
Al sacarla de su funda, la cara de Gugson era pálida, sin emociones, realmente estaba emocionado...
-¿Ocurre algo, Gug?- Le pregunté asombrado- Pero bueno, si no la quieres, me la puedo quedar y combatiré solo...
-¿Eh?- Dijo Gug con una voz aguda- ¿Está loco, Sylph? Solo soy un simple Guerrero de esta pobre aldea, no merezco llevar el arma sagrada que usted merece...
Con un gesto gracioso, me acerque a él y susurrándole en su oreja le dije:
-¿Te digo la verdad? No se usar la espada...-
El silencio invadió nuevamente en la conversación, solo se escuchaba la larga y lenta respiración del Gran dragón blanco, ¡Ah! Qué lindo dragón...
-¿Qué? ¿Qué?- Repitió Gugston con un tono aun más agudo y fuerte.
-¡Cállate idiota!- Le grité tras lanzarme hacia él para taparle la boca- Nos delatarás...

Tras guardar silencio nuevamente, saqué mis manos de su boca y lo dejé hablar.
-Entonces...-Suspiró- ¿La espada es mía?- Preguntó.
-Ajam- Dije con una sonrisa de oreja a oreja.
Gugston vio nuevamente la espada que esta vez había dejado en el suelo y la tomó con sus manos...
Él abrió su boca y tomando la espada con sus dos manos dijo:
-Soy podero...-
Otro silencio en la cueva apareció. Miré a mis dos costados fijándome si allí había alguien por el cual Gug se había callado...
-Emm, ¿ocurre algo? Pregunté...
-No- Dijo bajando la cabeza decepcionado- Solo que creí que al tomar la espada sagrada, una Gran luz me rodearía como todo un dios.
-Muchas leyendas. Algunas no son reales, Gug- Dije con una carcajada..
-Lastima- dijo con voz baja...
Éste se dio vuelta rápidamente y viendo al dragón, alzo la espada con su mano derecha y dijo:
-¡Mira Mandi! ¡Tengo la espada de Hércules!-
El dragón, pareciendo entender, lanzo un gruñido hacia arriba lanzando fuego..
Mis orejas se movieron felizmente mientras en mi cara, se reflejaba una sonrisa..
-Bueno, Te contare mi historia, cual es mi propósito aquí y cuál es mi meta- Le dije mientras buscaba un poco de leña para armar una fogata delante del dragón.- Todo comenzó cuando...


Finalmente, al contarle la historia de mi vida, sin contar la parte de que provenía de Filia, noté a Gug un tanto ansioso, boquiabierto y raro...
-Entonces...Le dije mientras me levantaba- ¿Qué te parece si mañana por la mañana, salimos hacia el Pueblo del que te conté a buscar a Kazuki?
Gugston bajó la mirada angustiado.
-Pero, por qué quieres verlo de nuevo? ¿No te mataría? tu mismo lo dijiste, Te odia.-
-Lose, pero haya pasado lo que haya pasado, Kazu es mi amigo, y tras el trayecto de mi vida, perdí ya, muchos amigos, Artyon, Wildo. No volveré a dejar que suceda de nuevo..
No volveré a dejar que aquella Bruja que mató a Arty se apodere de mi y mate a todo lo que me rodee, a todo lo que amo...
Por eso, con él iremos a por la Bruja... pero antes, debo mostrarle a Kazu la verdad...
-Estoy contigo, Sylph- Dijo Gug mientras se levantaba y estiraba una mano hacia mí.
-Llámame Snaar- Dije con una sonrisa mientras que dirigía mi mano hacia la de él para estrecharlas
-Claro, Snaar- Dijo con una carcajada-¿Entonces, nos vemos mañana?
-Si, prepara tu caballo, mañana salimos rumbo a Fi...Quiero decir, al Pueblo del que vine-
-¡Si señor!- Dijo con una sonrisa de oreja a oreja mientras dirigía su mano derecha a su sien.