viernes, 23 de agosto de 2013

Capítulo 3

Ya pasaron dos años desde que me fui de Filia, mi hogar. Tuve que sobrevivir con las cosas que tenia alrededor; Cazando animales, cultivando frutos, pescando enormes peces...
Logré armarme una pequeña casa de madera en donde poder vivir por un tiempo.
Aveces pensaba en lo solo que me sentía, sin amigos, sin familia... me acostaba en las montañas que rodeaban el área, contemplando el cálido atardecer mientras y observando los grandes dragones pasar volando por encima mio; y pensar en lo lindo que sería volar...
Al sentirme solo, pensé: Que mejor seria dirigirme a otra ciudad y comenzar todo de nuevo, nuevos amigos, nuevas experiencias. un lugar en donde no sepan lo ocurrido en Filia.
Por ese caso, tomé mi arco, mi funda para las flechas y caminé en sentido al Sur..
Mientras caminaba, no podía dejar de pensar en Artyon; en como se debía sentir su familia, yo en se momento estaba muy preocupado. Pero al poco tiempo, algo me detuvo. Miré hacia mi derecha y allí estaba, una Hiena, atacando a un indefenso Caballo. Al ver esta situación,quedé paralizado...
Tomé con fuerza mi Arco y con mi mano derecha agarre una flecha..estaba asustado, yo quería salvar a aquel caballo..pero el miedo me impactaba..
Apunte al lomo de la Hiena, cerré fuertemente mis ojos; y solté la flecha. Llegue a escuchar el chillido de la hiena Lastimada, como si la flecha hubiese impactado sobre ella. Rápidamente, abrí mis ojos.. y ahí estaban, La Hiena por un lado, con la flecha clavada en su lomo, y el Caballo con sus patas traseras lastimadas, Vi al animal sufriendo, intenté acercarme lentamente, pero evidentemente el caballo estaba muy asustado, alcé mi braso hacia delante y lentamente me fui acercando. Vi sus patas..estaban rodeadas en sangre.. Yo solo quería ayudarla
La miré a los ojos y instantáneamente noté como se tranquilizo, acaricié su trompa levemente y bajé la mirada. Realmente era un caballo hermoso, tenía un color marrón y en su cabeza le cruzaba una blanca mancha en forma vertical.. -Tranquila, no te aré daño...- susurre mientras acariciaba al animal..
Tomé sus patas heridas, llegue a notar que perdía mucha sangre, por ese caso, tome una flecha y corte un pedazo de mi camisa..
-Te curare, estarás bien- repetía mientras le ataba la tela en sus patas.
sus ojos estaban rojos, noté que estaba muy cansado, por lo que decidí esperar a que se despierte y se recupere..
Me armé una fogata frente nuestro y con mi cabeza apoyada en su lomo, nos dormimos bajo las estrellas..
Al día siguiente me desperté, ya era de día y mi cabeza estaba en el suelo, decidí darme la vuelta para ver al caballo pero no estaba mas allí..me desesperé.. me metí en los pastizales de la pradera y comencé a silbar..
Detrás mio oí unos pasos, al darme vuelta, allí estaba, aquel hermoso caballo del cual me enamoré..
me acerqué a él y acaricié su trompa.. nos quedamos unos minutos cara a cara mirándonos fijo, hasta que decidió irse por su camino, y yo no tuve otra que, seguir el mio..
Me di media vuelta y caminé en sentido al sur.. vi al caballo irse, era tan hermoso, me alegré de a verle salvado la vida.. quien sabe que hubiese pasado si no lo ayudaría..
Seguí caminando, ya eran las seis de la tarde, el sol se escondía poco a poco y se acercaba el mejor momento del día, el atardecer, cuando los dragones vuelan a sus cuevas entre el anaranjado paisaje..
Sentí como el fuerte y fresco soplido del viento impactaba en mi cara mientras que mis ojos permanecían cerrados.
Sentí unos pasos detrás mio, no creí que fuese el caballo, por lo que decidí abrir los ojos y darme la vuelta..
y allí estaba, con su largo pelaje que volaba hacia un costado mientras que el hermoso paisaje se reflejaba detrás de él.
-¿Vienes?- dije con una sonrisa de oreja a oreja luego de notar que se acercaba al lado mio..
Decidí subirme a su lomo y tomarme de su pelaje..
el gran caballo marrón comenzó a trotar cada ves mas y mas rápido, el viento ahora impactaba mas en mi, logre abrir mis brasos y cerrar mis ojos; sentía que podía volar, fui tan feliz..
Finalmente, pasaron unos minutos y el caballo había frenado en la sima de una colina en donde detrás nuestro dejábamos el atardecer para darle un comienzo al anochecer, el cual estaba delante nuestro..
a lo lejos se podía observar un pequeño pueblo escondido entre mas montañas con faroles encendidos..
Miré al caballo sonriendo y golpiandole suavemente en su cuello le susurré: -Vamos...-

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