La cueva de la cascada donde nos encontrábamos, era realmente tenebrosa, y lo decía un elfo de 16 años el cual vio mucho terror.
Noté a Gugston muy feliz después de verle dado la propuesta de llegar a mi destino, a mi meta; Mostrarle la verdad a Kazuki y acabar con la bruja que acababa con cada vida que se cruzaba en mi camino, cada amigo, cada familia, cada ser vivo...
Gugston estiró su mano hacia mi con una sonrisa en la cara y felizmente me dijo:
-Snaar, le prometo que no moriré..soy fuerte, no moriré hasta cumplir mi sueño, hacer feliz a la gente que me rodea, la gente como tu, que tiene deseos muy importantes que deben ser realizados y el sueño de salvar a Mandrake, mi dragón, de esta terrible pesadilla-Dijo con la cabeza gacha-Confíe en mi, Sylph.
La verdad, Gugston era un buen guerrero, valiente, uno de esos guerreros que no se ven a menudo, uno de los que no se rinden jamás. Aveces tenía miedo de él, Tenía miedo de que la Bruja termine una vez mas con la vida de las personas que quiero.. Ya vi morir a dos grandes héroes de mi vida, Artyon: Mi gran amigo de la infancia, el cual me ayudo junto a Kazuki, a resolver mis problemas de pequeño, el que a pesar de ser chistoso, se preocupaba por mi, por Kazuki, por sus amigos. y a Wildo: Un gran héroe que pasó por mi vida, un héroe el cual a pesar que no llevase capa, antifaz y no tenga poderes, él fue el héroe que salvo mi vida, el héroe que se sacrificó para salvar mi vida, el cual fui su mejor amigo, su único amigo...
Bajé la mirada mientras pensaba en ellos dos, en que pasaría si pierdo una vez mas a un ser querido..
-No lo permitiré.-Dije entre dientes- ¡Acabaré con ella!
-Estoy contigo-Dijo Gug apoyando su mano derecha en mi hombro.
Lo miré y le dirigí una sonrisa.
-Soldado, valla a dormir, mañana será la partida, rumbo a Filia, en busca de Kazuki.- Dije mientras me alejaba de la cueva observando una vez mas al gran dragón blanco que esta vez estaba echado en el suelo.
-¿Filia?-Dijo con voz baja- ¡Si, señor!
Al siguiente día, una luz me despertó, la luz del sol.
Tapé mi cara con mis manos, apartándolas de la luz mientras me levantaba de la cama..
-Es hora- Dije.
La Habitación era bastante linda, no era como en Filia, todo de piedra y madera, sino que todo estaba echo de paja, bambú y hojas de palmeras, me la quedé observando bastante tiempo. Me dirigí hacia el armario, un armario muy bonito, tallado a mano, con siluetas muy extrañas. Lo abrí, allí dentro, encontré mucha ropa..
Me decidí por un atuendo extraño: una camisa azul echa a mano por los Zakatsu, la aldea en donde estaba alojado. Me probé la camisa, y un pantalón negro que encontré en un cajón.
-Genial.-Dije mientras dirigía mi mano izquierda al bolsillo del pantalón
Dentro de éste, había algo, rápidamente saqué mi mano con el objeto en mi mano, lo miré.
-¿Un Anillo atado a un hilo?- me pregunté.
Decidí colocarlo en mi cuello, en forma de collar.
-Me veo genial- dije mientras tomaba la funda de las flechas que estaba al lado de la cama.
Justo al lado de éste, se encontraba Ladiel, el gran Arco sagrado, el cual me obsequió Kaoru por ser para ellos el "Sylph". Lo tomé y con una sonrisa, bajé las escaleras de la torre en donde se encontraba la habitación. Salí afuera y una vez mas, allí, me esperaba Zafira, saltando y relinchando mientras que su pelaje se movía de un lado al otro entre la luz del sol..
-¡Zafi!- Dije mientras corría felizmente hacia ella.
Puse la montura sobre su lomo y tomé sus riendas mientras me dirigía hacia la zona de los tres templos
Los templos eran enormes, todos tallado a mano en forma de pirámides.
En la puerta de uno de ellos, me encontré a Gugston, esta vez, lo vi distinto. Claro, en la oscuridad de la cueva, solo con una antorcha, no podía ver su rostro ni nada. Ahora que lo tenia cara a cara, lo podía ver mejor.
Su pelo era azulado y largo hasta el cuello, solo un mechón se le cruzaba entre los dos ojos. sus ojos eran rojos y llevaba puesto un traje gótico gris y negro..
Tras él, se encontraba un gran caballo tan grande como Zafira, color Blanco..
Nos miramos mutuamente y nos dirigimos al templo central, en donde Kaoru, el Rey de los Zakatsu se encontraba sentado en su trono..
Mientras caminábamos hacia él, observábamos con atención el gran cuadro que estaba por encima de él..
Una persona a caballo, con Ladiel, el Arco sagrado. Junto a él, una persona con Xecron, la espada de Hércules..
Aún no entendía que trataba de explicar..
-Buen día, señor- Dijo Gugston mientras se agachaba ante Kaoru.
Yo seguía observando el cuadro, ya hasta había olvidado a que íbamos allí..
-¡Snaar, al suelo!- Me gritaba Gug entre dientes mientras estaba agachado en el suelo..
-Ah, si, lo siento..- Dije.
-Con que quieren matar a Kali..- Dijo el sabio mientras que acariciaba su barba..
-¿Kali?- Pregunté..
-Kali, la Diosa Oscura, capaz de "Matar" sigilosamente a personas felices...
Kali...Kali...El nombre me invadía cada vez mas en mi mente, no paraba de pensar en aquel nombre, yo sabía que en algún lado, había escuchado aquel nombre...
<<¡Claro! Kali era la bruja de los cuentos que me contaba mi tío Kaizer cuando era pequeño>>
-Con que así se llama- Dijo Gug pensativo..
-Mucha suerte, Sylph, y a usted también, gran guerrero..- Dijo el viejo mientras se paraba lentamente.
Le sonreímos y nos pegamos media vuelta..
-La profecía...Está completa- Dijo mientras se daba vuelta para observar el gran Cuadro..
Tomamos nuestro caballo y nos dirigimos en sentido al Este..
Pasamos por el río, observe fijamente la cascada, en donde detrás de esta, se encontraba la cueva en donde estaba Mandrake, el Gran dragón blanco, Dios de la Sabiduría, de la curación..
-¡Que el Show comience!-
Aleluyaa (8) cada vez con mas emocion :D
ResponderEliminarJajaja, Lamento la demora :$
EliminarQue te pareció el capítulo 10? :'D
Es genial,pero cada vez tengo mas ganas de que empiezen los combates >_< n.n
EliminarJajaja, ya va quedando poco para llegar a los combates, quizas el proximo capitulo, quizas no, te dejare con la intriga :33
EliminarSolo dire que el final, es epico n_n
jajaja