sábado, 2 de mayo de 2015

Capítulo 15

Las horas pasaban y yo no dejaba de pensar en como sería el momento en que me encontraría con mi amigo de la infancia, Kazuki. ¿Que sería de mi tío Kaizer, también?
Pero esas preguntas inesperables se me terminaron cuando el idiota de Gug me quiso hacer creer que sabía el camino.
Aunque muy mal no nos venía, los días aquí afuera no son nada fáciles, tienes que lidiar con monstruos y animales horribles que lo único que quieren es atacarte y acabar contigo, hasta incluso lidiar con los malditos mosquitos que estorban a cada momento; y cuando comenzaba a creer que nada podía ir peor, llegamos a un río bastante ancho, lleno de rocas que hacían que la corriente sea fuerte y aún más, ya que caía de una enorme catarata. Un lindo lugar para pasar el día después...bueno...esos malditos mosquitos.
Gug, como siempre, se la pasaba hablando de sus aventuras que sinceramente, no me interesaban, pero no me quedaba otra que escucharlas ya que mis orejas élficas no dejan pasar ni un solo sonido, captan todo.
Todo iba bien, Zafira y el caballo de Gug merodeaban por el bosque, Gug hablaba solo y caminaba por las orillas del río, y yo como solía hacer, vigilaba la zona de otros monstruos o espías.
Gug pudo notar lo nervioso y concentrado que estaba en los peligros del bosque. Él se acerco a mí y poniendo una mano en mi hombro me dijo:

-Oye, tranquilo, estamos en el medio de un bosque perdidos, no pasará nada Sylph

-Eso no ayuda-le dije mirándolo de reojo-Y no me llames Sylph, no se a que se refieren con eso-

Gug río como tonto, Pero le hice caso, quizás tenía razón, debía calmarme un poco, había pasado por muchos conflictos que dejaban loco y asustado. Deje a Ladiel, el arco sagrado apoyado en un árbol y sentándome junto a éste, me relajé.
Miré a Zafi, ella estaba bebiendo agua del río, el sol pegaba en su lomo, haciendo que su pelaje brille y se volviera mucho mas claro, era muy bella. Pude notar dos de sus patas lastimadas. Una de ellas, de aquella vez, hacía meses, los cuales no recuerdo por no estar en contacto con tecnología por tanto.Fue esa vez que salvé a Zafi de aquella hiena, su pata estaba lastimada, la curé y se volvió mi mejor amiga, un hecho que no olvidaré nunca. Su pata trasera, lastimada y atravesada por una flecha de un espía de Filia, el cual, por último maté dejando en aquel desierto, solo sus pobres huesos.
Ella me traía libertad, me hacía creer que aunque halla personas que me quieran muerto, ella solo me quería proteger, eso me calmaba.

Ella me miró y volvió al bosque a dar vueltas. le sonreí.
De fondo, como siempre, se podía oír el barullo de Gug, hablaba de su vida. Contaba que de pequeño en lugares así el hacía "Crafting" con sus amigos Zakatsu en balsas de madera, quien llegara con vida hasta final del río, ganaría dinero. La verdad, seguía sin interesarme, pero igualmente lo escuché.
Él se acerco a las orillas del río y levantando los brazos estaba dispuesto a gritar.
Pero algo extraño sentí venir, unas pisadas en las orillas del río muy cerca nuestro. Rápidamente me levanté, tomé mi Arco Sagrado y me tiré contra Gug quien estaba a punto de gritar muy cerca de la orilla.
Caímos al suelo, él comenzó a moverse de un lado a otro tratando de librarse

-¡¿Que diablos haces?! ¡¿Eres idiota?!- Gritó, pero justo llegué a tapar su boca para que no emita ningún otro tipo de sonido.

-¡Shh!-Le dije mientras apuntaba detrás de unos arbustos que se encontraban delante nuestro, tapando el lago desde nuestra vista,

Ambos miramos hacía arriba. allí se asomó una enorme bestia, en dos patas, olfateando y mirando hacia todos lados. Era un enorme Oso Pardo, que seguramente estaría allí pescando salmones o peces.
Pero sentí que sabía que estábamos allí, pero no donde.
Busqué a Zafi, ella aún seguía en el bosque con el otro caballo, me despreocupé.
Solté a Gug por un momento, lentamente saqué mi Arco y tomando distancia até una flecha y apunté al Oso. Éste logró verme y emitir un gruñido que hizo a Gug poner sus pelos de punta.
Disparé la flecha e impactó en su brazo.
El Oso estaba muy furioso, mostraba sus enormes dientes y gruñía sin parar. Volvió a sus cuatro patas y corrió hacia mí. Yo, quien estaba agachado, caí del susto al piso, quedando sentado e inmóvil.
Pero el oso no logró atacarme, algo o alguien lo frenó. Podía llegar a ser Zafi, e incluso otro Oso, pero no, fue quien menos esperaba, fue Gug.
Se había montado en su lomo, tratando de controlarlo y evitar que me atacara.

-¡¿Que estas haciendo?! ¡Corre!- Me gritó.

Yo seguía impactado, no podía creer que realmente él halla tenido la valentía de tirarse contra el Oso.

-¡Corre!- Seguía gritándome

El Oso se movía de un lado al otro queriendo tirar a Gug de su lomo, y él tratando de no caer, intentaba sacar a Xecron, aquella espada que le había dado yo aquella vez en la cueva de Mandrake. Pero vi que no podía, el Oso lo hacía moverse de un lado al otro y no podía desenfundar su espada.
Tuve la genial idea de distraerlo con una flecha, si, "Genial.."
Él oso dirigió su mirada hacia mí, mostró sus dientes y comenzó a correr hacia mi.
No sabía que hacer, corrí lo mas que pude entre los arboles, el Oso seguía detrás de mi, y obviamente, Gug encima.
Por suerte pude hacerlo chocar contra uno de los arboles y dejarlo un poco idiota, y así Gug pudo sacar por fin la espada, la cual con mucha fuerza y luego de un grito medio marica, la clavó en su columna, dejándolo todo dolorido al Oso. Éste dejo de seguirme, y chocó de frente contra un gran árbol, el cual lo dejó inmóvil e inconsciente.
Gug bajó de su lomo y tomando su espada, la guardó y suspiró fuerte.

-¿Lo mataste?-Le pregunté mirando al Oso que jadeaba fuerte y cansado

-No-río Gug cansado-en mi aldea nos enseñaron como dejar inmóviles a los animales y poder controlarlos nosotros mismos por diez segundos en caso de ser atacados por uno. En unas pocas horas estará bien.

-Genial-Le dije-Sigamos camino a Filia, esto cada vez se pone peor.

-¡Si!-Dijo Gug y comenzó a chiflar llamando a su caballo y sonreír.

-Nos volvimos a perder, ¿verdad?- Lo miré serio-Y a nuestros caballos.

Gug me miró y como siempre, me sonrió con cara de "Yo no fui" y lo golpee por bruto.

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