El bosque era realmente profundo y mimetico entre sí. No había forma de guiarse al río, todo era realmente igual.
Las hojas anaranjadas caían de los grandes arboles lentamente y mis pisadas en ellas hacían ese sonido que por alguna razón me hace reír.
Pero por primera vez luego de varios días, sentí calma. Lo único que se podía oír allí eran los cantos de los pájaros y mis pisadas en las hojas secas caídas de los grandes arboles.
Era raro no tener a Zafi conmigo, ¿quien sabe donde estará o que estará haciendo?. No tenerla conmigo se me hacía aburrido todo alrededor. Todo se volvía silencio y aburrido. Luego recordé al mirar el suelo, contra un árbol que allí estaba Gug inconsciente.
-Ya veo porque había tanto silencio después de todo.- Dije tras una pequeña risa.
A un costado, contra un gran árbol, estaba el oso inconsciente, con un gran tajo en su lomo. Realmente Gug se había ganado mi respeto al salvarme la vida en ese momento. Nunca había estado tan asustado desde que medio pueblo me odio y me persiguió hasta perderme en el desierto cuando era pequeño.
El oso gruñía inconsciente y respiraba fuerte. Me sonó extraño, ya que supuse que él lo había matado.
Sin más, me detuve y pensé: "Quizás esta muy dolorido y aún no ha muerto", y me acerque a Gug. Él también estaba inconsciente, balbuceaba dormido y respiraba agitado. No diferenciaba quien de los dos era el oso.
Mas tarde volví a pensar en Zafi, estaba asustado por saber como estaría ella sin mi, por lo que comencé a silbar una y otra vez.
El canto de los pájaros se detuvo, los fuertes ronquidos, quien sabe de Gug o del oso, también. Allí solo se escuchaba mi fuerte silbido por todo el bosque.
Estuve un largo rato llamando a Zafi, pero no había rastros de ella.
A un costado de Gug se encontraba La espada sagrada de Gug, aquella con la que había desviado al oso contra un gran árbol. Me puse a pensar en ese momento una y otra vez, el impacto del oso contra el árbol había retumbado en casi todo el bosque, lo cual había echo volar miles de pájaros lejos de la zona.
Pero había algo que me contó una vez que lo derrotó y no recordaba que era. Pensé en esa frase una y otra vez.
El "ronquido" había comenzado a aparecer nuevamente, lo ignoré y pensé en lo idiota que era Gug hasta durmiendo.
Seguí pensando. No me acordaba..
"En mi aldea nos enseñaron como dejar inmóviles a los animales y poder controlarlos nosotros mismos por pocos segundos en caso de ser atacados...."
Pero eso no me decía nada, era lo único en lo que me acordaba.
El "ronquido de Gug" cada vez era mas fuerte, sentí detrás de mi, un gran jadeo.
Y por fin lo recordé.
"En unas pocas horas estará bien."
Mi cara se volvió pálida, lentamente me di vuelta y allí se encontraba una enorme bestia peluda con un gran y horrible aliento y dientes enormes que me aterrorizaban. El oso.
-¿Como podré salvarme ahora si Gug sigue inconsciente?- Pensé mientras miraba fijamente al oso
Comencé a correr en sentido a...Bueno, no se donde, estaba realmente perdido en este lugar.
El oso, un poco mas lento que de costumbre, me seguía y gruñía fuerte.
Esquivando una y otra vez cada árbol que se interponía en mi camino, el oso los evadía velozmente.
Hasta que por fin, logre esconderme detrás de dos arboles que formaban una pequeña "cueva" en su interior.
Allí tome aire y me preparé para matar de una vez a esa bestia. Pero al llevar mi mano hacia mi espalda, donde usualmente se encontraba Ladiel, mi arco...
-Me lo olvidé.
Luego de un rato, cuando creí que el oso ya se había cansado de buscarme, salí de allí y comencé a recorrer el bosque hasta encontrar a Gug o a Zafi quizás. Pero no, estaba aún más perdido que antes.
Luego de mucho tiempo recorriendo y caminando, ya cansado y asustado de que la tarde se estaba yendo para dar comienzo a la oscuridad, por fin vi el árbol donde el Gug había estrellado al Oso.
-¡Llegue! Jamás pensé que llegaría-Grité.
Rápidamente me dirigí a donde estaba Gug. Supuse que ya se habría despertado y se habría perdido al ver que yo no estaba allí. Pero no...
Gug seguía roncando inconsciente en aquel árbol.
Miré a través de las copas de los arboles el cielo, y unas pequeñas luces en él me indicaban que era hora de seguir caminando y salir de aquel lugar.
Tomé mi arco, la espada y apoyando a Gug en mi hombro, seguimos camino.
World of Truth
domingo, 17 de mayo de 2015
sábado, 2 de mayo de 2015
Capítulo 15
Las horas pasaban y yo no dejaba de pensar en como sería el momento en que me encontraría con mi amigo de la infancia, Kazuki. ¿Que sería de mi tío Kaizer, también?
Pero esas preguntas inesperables se me terminaron cuando el idiota de Gug me quiso hacer creer que sabía el camino.
Aunque muy mal no nos venía, los días aquí afuera no son nada fáciles, tienes que lidiar con monstruos y animales horribles que lo único que quieren es atacarte y acabar contigo, hasta incluso lidiar con los malditos mosquitos que estorban a cada momento; y cuando comenzaba a creer que nada podía ir peor, llegamos a un río bastante ancho, lleno de rocas que hacían que la corriente sea fuerte y aún más, ya que caía de una enorme catarata. Un lindo lugar para pasar el día después...bueno...esos malditos mosquitos.
Gug, como siempre, se la pasaba hablando de sus aventuras que sinceramente, no me interesaban, pero no me quedaba otra que escucharlas ya que mis orejas élficas no dejan pasar ni un solo sonido, captan todo.
Todo iba bien, Zafira y el caballo de Gug merodeaban por el bosque, Gug hablaba solo y caminaba por las orillas del río, y yo como solía hacer, vigilaba la zona de otros monstruos o espías.
Gug pudo notar lo nervioso y concentrado que estaba en los peligros del bosque. Él se acerco a mí y poniendo una mano en mi hombro me dijo:
-Oye, tranquilo, estamos en el medio de un bosque perdidos, no pasará nada Sylph
-Eso no ayuda-le dije mirándolo de reojo-Y no me llames Sylph, no se a que se refieren con eso-
Gug río como tonto, Pero le hice caso, quizás tenía razón, debía calmarme un poco, había pasado por muchos conflictos que dejaban loco y asustado. Deje a Ladiel, el arco sagrado apoyado en un árbol y sentándome junto a éste, me relajé.
Miré a Zafi, ella estaba bebiendo agua del río, el sol pegaba en su lomo, haciendo que su pelaje brille y se volviera mucho mas claro, era muy bella. Pude notar dos de sus patas lastimadas. Una de ellas, de aquella vez, hacía meses, los cuales no recuerdo por no estar en contacto con tecnología por tanto.Fue esa vez que salvé a Zafi de aquella hiena, su pata estaba lastimada, la curé y se volvió mi mejor amiga, un hecho que no olvidaré nunca. Su pata trasera, lastimada y atravesada por una flecha de un espía de Filia, el cual, por último maté dejando en aquel desierto, solo sus pobres huesos.
Ella me traía libertad, me hacía creer que aunque halla personas que me quieran muerto, ella solo me quería proteger, eso me calmaba.
Ella me miró y volvió al bosque a dar vueltas. le sonreí.
De fondo, como siempre, se podía oír el barullo de Gug, hablaba de su vida. Contaba que de pequeño en lugares así el hacía "Crafting" con sus amigos Zakatsu en balsas de madera, quien llegara con vida hasta final del río, ganaría dinero. La verdad, seguía sin interesarme, pero igualmente lo escuché.
Él se acerco a las orillas del río y levantando los brazos estaba dispuesto a gritar.
Pero algo extraño sentí venir, unas pisadas en las orillas del río muy cerca nuestro. Rápidamente me levanté, tomé mi Arco Sagrado y me tiré contra Gug quien estaba a punto de gritar muy cerca de la orilla.
Caímos al suelo, él comenzó a moverse de un lado a otro tratando de librarse
-¡¿Que diablos haces?! ¡¿Eres idiota?!- Gritó, pero justo llegué a tapar su boca para que no emita ningún otro tipo de sonido.
-¡Shh!-Le dije mientras apuntaba detrás de unos arbustos que se encontraban delante nuestro, tapando el lago desde nuestra vista,
Ambos miramos hacía arriba. allí se asomó una enorme bestia, en dos patas, olfateando y mirando hacia todos lados. Era un enorme Oso Pardo, que seguramente estaría allí pescando salmones o peces.
Pero sentí que sabía que estábamos allí, pero no donde.
Busqué a Zafi, ella aún seguía en el bosque con el otro caballo, me despreocupé.
Solté a Gug por un momento, lentamente saqué mi Arco y tomando distancia até una flecha y apunté al Oso. Éste logró verme y emitir un gruñido que hizo a Gug poner sus pelos de punta.
Disparé la flecha e impactó en su brazo.
El Oso estaba muy furioso, mostraba sus enormes dientes y gruñía sin parar. Volvió a sus cuatro patas y corrió hacia mí. Yo, quien estaba agachado, caí del susto al piso, quedando sentado e inmóvil.
Pero el oso no logró atacarme, algo o alguien lo frenó. Podía llegar a ser Zafi, e incluso otro Oso, pero no, fue quien menos esperaba, fue Gug.
Se había montado en su lomo, tratando de controlarlo y evitar que me atacara.
-¡¿Que estas haciendo?! ¡Corre!- Me gritó.
Yo seguía impactado, no podía creer que realmente él halla tenido la valentía de tirarse contra el Oso.
-¡Corre!- Seguía gritándome
El Oso se movía de un lado al otro queriendo tirar a Gug de su lomo, y él tratando de no caer, intentaba sacar a Xecron, aquella espada que le había dado yo aquella vez en la cueva de Mandrake. Pero vi que no podía, el Oso lo hacía moverse de un lado al otro y no podía desenfundar su espada.
Tuve la genial idea de distraerlo con una flecha, si, "Genial.."
Él oso dirigió su mirada hacia mí, mostró sus dientes y comenzó a correr hacia mi.
No sabía que hacer, corrí lo mas que pude entre los arboles, el Oso seguía detrás de mi, y obviamente, Gug encima.
Por suerte pude hacerlo chocar contra uno de los arboles y dejarlo un poco idiota, y así Gug pudo sacar por fin la espada, la cual con mucha fuerza y luego de un grito medio marica, la clavó en su columna, dejándolo todo dolorido al Oso. Éste dejo de seguirme, y chocó de frente contra un gran árbol, el cual lo dejó inmóvil e inconsciente.
Gug bajó de su lomo y tomando su espada, la guardó y suspiró fuerte.
-¿Lo mataste?-Le pregunté mirando al Oso que jadeaba fuerte y cansado
-No-río Gug cansado-en mi aldea nos enseñaron como dejar inmóviles a los animales y poder controlarlos nosotros mismos por diez segundos en caso de ser atacados por uno. En unas pocas horas estará bien.
-Genial-Le dije-Sigamos camino a Filia, esto cada vez se pone peor.
-¡Si!-Dijo Gug y comenzó a chiflar llamando a su caballo y sonreír.
-Nos volvimos a perder, ¿verdad?- Lo miré serio-Y a nuestros caballos.
Gug me miró y como siempre, me sonrió con cara de "Yo no fui" y lo golpee por bruto.
Pero esas preguntas inesperables se me terminaron cuando el idiota de Gug me quiso hacer creer que sabía el camino.
Aunque muy mal no nos venía, los días aquí afuera no son nada fáciles, tienes que lidiar con monstruos y animales horribles que lo único que quieren es atacarte y acabar contigo, hasta incluso lidiar con los malditos mosquitos que estorban a cada momento; y cuando comenzaba a creer que nada podía ir peor, llegamos a un río bastante ancho, lleno de rocas que hacían que la corriente sea fuerte y aún más, ya que caía de una enorme catarata. Un lindo lugar para pasar el día después...bueno...esos malditos mosquitos.
Gug, como siempre, se la pasaba hablando de sus aventuras que sinceramente, no me interesaban, pero no me quedaba otra que escucharlas ya que mis orejas élficas no dejan pasar ni un solo sonido, captan todo.
Todo iba bien, Zafira y el caballo de Gug merodeaban por el bosque, Gug hablaba solo y caminaba por las orillas del río, y yo como solía hacer, vigilaba la zona de otros monstruos o espías.
Gug pudo notar lo nervioso y concentrado que estaba en los peligros del bosque. Él se acerco a mí y poniendo una mano en mi hombro me dijo:
-Oye, tranquilo, estamos en el medio de un bosque perdidos, no pasará nada Sylph
-Eso no ayuda-le dije mirándolo de reojo-Y no me llames Sylph, no se a que se refieren con eso-
Gug río como tonto, Pero le hice caso, quizás tenía razón, debía calmarme un poco, había pasado por muchos conflictos que dejaban loco y asustado. Deje a Ladiel, el arco sagrado apoyado en un árbol y sentándome junto a éste, me relajé.
Miré a Zafi, ella estaba bebiendo agua del río, el sol pegaba en su lomo, haciendo que su pelaje brille y se volviera mucho mas claro, era muy bella. Pude notar dos de sus patas lastimadas. Una de ellas, de aquella vez, hacía meses, los cuales no recuerdo por no estar en contacto con tecnología por tanto.Fue esa vez que salvé a Zafi de aquella hiena, su pata estaba lastimada, la curé y se volvió mi mejor amiga, un hecho que no olvidaré nunca. Su pata trasera, lastimada y atravesada por una flecha de un espía de Filia, el cual, por último maté dejando en aquel desierto, solo sus pobres huesos.
Ella me traía libertad, me hacía creer que aunque halla personas que me quieran muerto, ella solo me quería proteger, eso me calmaba.
Ella me miró y volvió al bosque a dar vueltas. le sonreí.
De fondo, como siempre, se podía oír el barullo de Gug, hablaba de su vida. Contaba que de pequeño en lugares así el hacía "Crafting" con sus amigos Zakatsu en balsas de madera, quien llegara con vida hasta final del río, ganaría dinero. La verdad, seguía sin interesarme, pero igualmente lo escuché.
Él se acerco a las orillas del río y levantando los brazos estaba dispuesto a gritar.
Pero algo extraño sentí venir, unas pisadas en las orillas del río muy cerca nuestro. Rápidamente me levanté, tomé mi Arco Sagrado y me tiré contra Gug quien estaba a punto de gritar muy cerca de la orilla.
Caímos al suelo, él comenzó a moverse de un lado a otro tratando de librarse
-¡¿Que diablos haces?! ¡¿Eres idiota?!- Gritó, pero justo llegué a tapar su boca para que no emita ningún otro tipo de sonido.
-¡Shh!-Le dije mientras apuntaba detrás de unos arbustos que se encontraban delante nuestro, tapando el lago desde nuestra vista,
Ambos miramos hacía arriba. allí se asomó una enorme bestia, en dos patas, olfateando y mirando hacia todos lados. Era un enorme Oso Pardo, que seguramente estaría allí pescando salmones o peces.
Pero sentí que sabía que estábamos allí, pero no donde.
Busqué a Zafi, ella aún seguía en el bosque con el otro caballo, me despreocupé.
Solté a Gug por un momento, lentamente saqué mi Arco y tomando distancia até una flecha y apunté al Oso. Éste logró verme y emitir un gruñido que hizo a Gug poner sus pelos de punta.
Disparé la flecha e impactó en su brazo.
El Oso estaba muy furioso, mostraba sus enormes dientes y gruñía sin parar. Volvió a sus cuatro patas y corrió hacia mí. Yo, quien estaba agachado, caí del susto al piso, quedando sentado e inmóvil.
Pero el oso no logró atacarme, algo o alguien lo frenó. Podía llegar a ser Zafi, e incluso otro Oso, pero no, fue quien menos esperaba, fue Gug.
Se había montado en su lomo, tratando de controlarlo y evitar que me atacara.
-¡¿Que estas haciendo?! ¡Corre!- Me gritó.
Yo seguía impactado, no podía creer que realmente él halla tenido la valentía de tirarse contra el Oso.
-¡Corre!- Seguía gritándome
El Oso se movía de un lado al otro queriendo tirar a Gug de su lomo, y él tratando de no caer, intentaba sacar a Xecron, aquella espada que le había dado yo aquella vez en la cueva de Mandrake. Pero vi que no podía, el Oso lo hacía moverse de un lado al otro y no podía desenfundar su espada.
Tuve la genial idea de distraerlo con una flecha, si, "Genial.."
Él oso dirigió su mirada hacia mí, mostró sus dientes y comenzó a correr hacia mi.
No sabía que hacer, corrí lo mas que pude entre los arboles, el Oso seguía detrás de mi, y obviamente, Gug encima.
Por suerte pude hacerlo chocar contra uno de los arboles y dejarlo un poco idiota, y así Gug pudo sacar por fin la espada, la cual con mucha fuerza y luego de un grito medio marica, la clavó en su columna, dejándolo todo dolorido al Oso. Éste dejo de seguirme, y chocó de frente contra un gran árbol, el cual lo dejó inmóvil e inconsciente.
Gug bajó de su lomo y tomando su espada, la guardó y suspiró fuerte.
-¿Lo mataste?-Le pregunté mirando al Oso que jadeaba fuerte y cansado
-No-río Gug cansado-en mi aldea nos enseñaron como dejar inmóviles a los animales y poder controlarlos nosotros mismos por diez segundos en caso de ser atacados por uno. En unas pocas horas estará bien.
-Genial-Le dije-Sigamos camino a Filia, esto cada vez se pone peor.
-¡Si!-Dijo Gug y comenzó a chiflar llamando a su caballo y sonreír.
-Nos volvimos a perder, ¿verdad?- Lo miré serio-Y a nuestros caballos.
Gug me miró y como siempre, me sonrió con cara de "Yo no fui" y lo golpee por bruto.
viernes, 24 de abril de 2015
Capítulo 14
A pesar de ser insoportable, Gug era chistoso, se la pasaba hablando de su "Historias" con gente que ni conocía, yo mucha importancia no le daba ya que solo seguía mi meta: Llegar a Filia y buscar a Kazu, pero no esa vez, la noche estaba muy oscura y otra vez, lo único que lograba ver en aquel pastizal eran aquellas hermosas luces del cielo que iluminaban y daban un lindo aspecto al cielo.
Decidimos parar en una zona donde el pastizal era mas bajo, donde armamos una fogata con ramas de arboles cercanos y algunos otros pastizales; decidimos acostarnos, descansar y esperar al siguiente día, donde esperábamos llegar por fin a destino.
Aquellas luces, una vez más, se escondieron para dar comienzo a una aún más grande.
El día estaba frío, húmedo y las nubes no daban señal de buen tiempo.
Me desperté, miré a los demás, Zafi dormía bajo un árbol acurrucada del frío, el caballo de Gug, entre unos pastizales durmiendo, y Gug...bueno, él dormía todo desparramado cerca de la fogata ya apagada por el viento, roncaba con la boca abierta y emitía sonidos raros constantemente, hasta aveces, parecía que hablara dormido. Daba risa de tan solo mirarlo dormir, era patético.
No aguante la risa y lo desperté. Al parecer se asustó porque pegó un salto y un grito que hizo despertar a ambos caballos. Estallé de la risa. Gug me miraba rarísimo, sus pelos estaban todos despeinados y tenía un pedazo de pasto pegado en su cara.
-¿Que te pasa?-Dijo con una voz ronca mientras se estiraba del sueño
Seguí riéndome. Me levanté y me dirigí a donde Zafi, ella seguía acostada, esta vez, lamiéndose una pata.
-Buen día Zafi- Le dije sonriendo mientras me dirigía a acariciar su hocico- ¿Dormiste bien?
Ella acercó su frente hacia la mía y se me quedó mirando con sus grandes ojos marrones. Que bella era.
-Prometo protegerte, protegerte como a nadie antes pude proteger- Susurré mientras la acariciaba
Gug, quien estaba ya parado, tras un bostezo dijo:
-Ajá...Bueno, seguimos?
Lo miré y sonreí. Ya quedaba poco para poder llegar, no sabía como iría a reaccionar Kazuki después de cuatro años de que la tragedia de Artyon ocurrió. Quizás ya se habría olvidado y todo volvió a ser como lo solía ser cuando eramos pequeños. ¿Que sería de mi tío Kaizer?, ¿Que sería de los elfos del pueblo? Eran todas preguntas que necesitaba tener respuestas lo antes posible.
Zafira se paró, se dejó poner su montura y me monté en ella. Gug hizo lo mismo con su caballo, quien hasta ultimo momento siguió acostado en los pastizales, tal de vez después de todo eran cómodos...
El camino era largo, pero por fin logramos salir de aquellos pastizales y volvíamos a los bosques infinitos y profundos de aquel mundo.
Gug decía saber como llegar, y tonto como yo solo, le creí.
Caminamos un largo tiempo a través del bosque, él frenaba cada tanto y miraba en todas direcciones simulando saber el camino. Un idiota.
-Nos perdimos, ¿verdad?-Le pregunte frenando a Zafi
Gug me miró y sonrió con cara de tarado, sabiendo que ya no podía fingir más saber el camino a Filia.
-Genial...-Dije revoleando mis ojos-¿Y ahora?
-Perdona Snaar, solo quería hacerte reír-Dijo tras una pequeña risa amistosa.
-¿Me ves reír?
-Bueno...no en realidad, pero...
-No.-Le dije en un tono serio. Tome las riendas de Zafira y me adelanté a buscar el camino correcto.
Gug venía detrás de mi, observando cada hoja de otoño que caía de los arboles. Era evidente que el inteligente allí era su caballo.
Aún no entiendo porqué le di la Xecron, aquella famosa espada que me había dado Kaoru, el líder o rey de los Zakatsu. Quizás fue porque vi en él una meta, al igual que la tengo yo o quizás fue porque simplemente no se usar espadas. Gugston realmente aveces cansaba. Pero si él era realmente un guerrero fiel a su destino, estoy seguro que a pesar de ser molesto, nos ayudaríamos mutuamente y lograríamos conseguir ambas metas, al menos eso espero.
El camino se hacía largo, quizás mas largo de lo que predije antes de que Gug fingiera saber a donde nos dirigíamos.
El bosque estaba lleno de animales, colores y sonidos provenientes de aves que merodeaban por la zona.
-¿Sabes? hace días no como-Dijo Gug con todo de piedad
-Si hubiese sido tu, me hubiera comido a las hienas-Le respondí en un tono sarcástico-Dicen que no saben tan mal...
Gug no emitió ningún gesto al respecto, es más, solo cambió de tema.
-¿Vacas no hay en el desierto verdad?
Frené y lo miré seriamente. Nunca pensé que podría llegar a escuchar algo así.
-Dime que es broma...-Le dije
-¿No las hay?
-Adiós...-Dije tomando de las riendas a Zafi y galopando lejos de Gug.
Él no se iba a quedar atrás, obviamente, así que solo me siguió.
Con el tiempo noté a Zafi cansada, decidí parar y caminar unos metros más y descansar, pero mis puntiagudas orejas sintieron algo, el sonido del agua.
Entre las grandes hojas de los arboles se encontraba un gran río en descenso que caía de una pequeña catarata de una montaña.
Gug no dejaba de hablar, contaba que de pequeño en lugares así el hacia "Crafting" con sus amigos Zakatsu en balsas de madera.
La verdad, no me interesaba, pero lo escuché.
Él se acercó a las orillas del río, levantando los brazos.
Pero algo muy malo sentí venir en cualquier momento. Corrí hacia él y lo arrojé al suelo detrás de unos arbustos.
Los caballos estaban en el bosque, no muy lejos del río.
-¡¿Que pasó?!-Preguntó un tanto furioso
-¡Shh!-Le respondí apuntando hacia el lago, en donde una enorme y peluda bestia acechaba en busca de grandes pescados, un oso.
Gug se asustó. Lo podía notar en su rostro pálido.
Me aleje lentamente intentando no emitir ningún tipo de sonido y saqué a Ladiel, el arco dorado, de mi espalda apuntando a la bestia con una flecha, cerré mis ojos...y disparé.
Decidimos parar en una zona donde el pastizal era mas bajo, donde armamos una fogata con ramas de arboles cercanos y algunos otros pastizales; decidimos acostarnos, descansar y esperar al siguiente día, donde esperábamos llegar por fin a destino.
Aquellas luces, una vez más, se escondieron para dar comienzo a una aún más grande.
El día estaba frío, húmedo y las nubes no daban señal de buen tiempo.
Me desperté, miré a los demás, Zafi dormía bajo un árbol acurrucada del frío, el caballo de Gug, entre unos pastizales durmiendo, y Gug...bueno, él dormía todo desparramado cerca de la fogata ya apagada por el viento, roncaba con la boca abierta y emitía sonidos raros constantemente, hasta aveces, parecía que hablara dormido. Daba risa de tan solo mirarlo dormir, era patético.
No aguante la risa y lo desperté. Al parecer se asustó porque pegó un salto y un grito que hizo despertar a ambos caballos. Estallé de la risa. Gug me miraba rarísimo, sus pelos estaban todos despeinados y tenía un pedazo de pasto pegado en su cara.
-¿Que te pasa?-Dijo con una voz ronca mientras se estiraba del sueño
Seguí riéndome. Me levanté y me dirigí a donde Zafi, ella seguía acostada, esta vez, lamiéndose una pata.
-Buen día Zafi- Le dije sonriendo mientras me dirigía a acariciar su hocico- ¿Dormiste bien?
Ella acercó su frente hacia la mía y se me quedó mirando con sus grandes ojos marrones. Que bella era.
-Prometo protegerte, protegerte como a nadie antes pude proteger- Susurré mientras la acariciaba
Gug, quien estaba ya parado, tras un bostezo dijo:
-Ajá...Bueno, seguimos?
Lo miré y sonreí. Ya quedaba poco para poder llegar, no sabía como iría a reaccionar Kazuki después de cuatro años de que la tragedia de Artyon ocurrió. Quizás ya se habría olvidado y todo volvió a ser como lo solía ser cuando eramos pequeños. ¿Que sería de mi tío Kaizer?, ¿Que sería de los elfos del pueblo? Eran todas preguntas que necesitaba tener respuestas lo antes posible.
Zafira se paró, se dejó poner su montura y me monté en ella. Gug hizo lo mismo con su caballo, quien hasta ultimo momento siguió acostado en los pastizales, tal de vez después de todo eran cómodos...
El camino era largo, pero por fin logramos salir de aquellos pastizales y volvíamos a los bosques infinitos y profundos de aquel mundo.
Gug decía saber como llegar, y tonto como yo solo, le creí.
Caminamos un largo tiempo a través del bosque, él frenaba cada tanto y miraba en todas direcciones simulando saber el camino. Un idiota.
-Nos perdimos, ¿verdad?-Le pregunte frenando a Zafi
Gug me miró y sonrió con cara de tarado, sabiendo que ya no podía fingir más saber el camino a Filia.
-Genial...-Dije revoleando mis ojos-¿Y ahora?
-Perdona Snaar, solo quería hacerte reír-Dijo tras una pequeña risa amistosa.
-¿Me ves reír?
-Bueno...no en realidad, pero...
-No.-Le dije en un tono serio. Tome las riendas de Zafira y me adelanté a buscar el camino correcto.
Gug venía detrás de mi, observando cada hoja de otoño que caía de los arboles. Era evidente que el inteligente allí era su caballo.
Aún no entiendo porqué le di la Xecron, aquella famosa espada que me había dado Kaoru, el líder o rey de los Zakatsu. Quizás fue porque vi en él una meta, al igual que la tengo yo o quizás fue porque simplemente no se usar espadas. Gugston realmente aveces cansaba. Pero si él era realmente un guerrero fiel a su destino, estoy seguro que a pesar de ser molesto, nos ayudaríamos mutuamente y lograríamos conseguir ambas metas, al menos eso espero.
El camino se hacía largo, quizás mas largo de lo que predije antes de que Gug fingiera saber a donde nos dirigíamos.
El bosque estaba lleno de animales, colores y sonidos provenientes de aves que merodeaban por la zona.
-¿Sabes? hace días no como-Dijo Gug con todo de piedad
-Si hubiese sido tu, me hubiera comido a las hienas-Le respondí en un tono sarcástico-Dicen que no saben tan mal...
Gug no emitió ningún gesto al respecto, es más, solo cambió de tema.
-¿Vacas no hay en el desierto verdad?
Frené y lo miré seriamente. Nunca pensé que podría llegar a escuchar algo así.
-Dime que es broma...-Le dije
-¿No las hay?
-Adiós...-Dije tomando de las riendas a Zafi y galopando lejos de Gug.
Él no se iba a quedar atrás, obviamente, así que solo me siguió.
Con el tiempo noté a Zafi cansada, decidí parar y caminar unos metros más y descansar, pero mis puntiagudas orejas sintieron algo, el sonido del agua.
Entre las grandes hojas de los arboles se encontraba un gran río en descenso que caía de una pequeña catarata de una montaña.
Gug no dejaba de hablar, contaba que de pequeño en lugares así el hacia "Crafting" con sus amigos Zakatsu en balsas de madera.
La verdad, no me interesaba, pero lo escuché.
Él se acercó a las orillas del río, levantando los brazos.
Pero algo muy malo sentí venir en cualquier momento. Corrí hacia él y lo arrojé al suelo detrás de unos arbustos.
Los caballos estaban en el bosque, no muy lejos del río.
-¡¿Que pasó?!-Preguntó un tanto furioso
-¡Shh!-Le respondí apuntando hacia el lago, en donde una enorme y peluda bestia acechaba en busca de grandes pescados, un oso.
Gug se asustó. Lo podía notar en su rostro pálido.
Me aleje lentamente intentando no emitir ningún tipo de sonido y saqué a Ladiel, el arco dorado, de mi espalda apuntando a la bestia con una flecha, cerré mis ojos...y disparé.
domingo, 11 de mayo de 2014
Capítulo 13
Aquel día había sido muy extraño para nosotros. ¿Era realmente la bruja que mató a Arty quien se hacía pasar por Gug?. Ya ni se como fue que pasó, lo ultimo que recuerdo fue la cara de Gug desparramarse y esfurmarse en el aire como cenizas. Fue tétrico.
Gug, Zafi y yo logramos salir de aquel largo bosque del cual estaba encantado por animales a los cuales yo adoro: Ciervos, Ardillas, Pájaros...Caballos ; Si, caballos, en aquel bosque fue donde encontré a mi mejor amiga, la que me salvó la vida muchas veces tales como yo la he salvado la vida, Zafira, Aquel caballo fiel que salvé del ataque de una Hiena cuando aún ella era joven.
Mientras galopábamos Gug, con su gran sentido del humor, largó una carcajada y dijo:
-Entonces...¿Como has estado sin mi?
Yo, sabiendo de que me hablaba, sonreí y me agaché a darle unas palmadas en el cuello de Zafi.
-Me gustaría saber como estará Mandy en este momento-Dijo Gug apenado mientras llevaba sus manos al pecho-La extraño, pero, quiero salvarla de esa prisión.
Yo largué un suspiro y sonreí nuevamente.
-No te preocupes hermano, la salvaremos.
Ya era tarde y si, se venía el mejor momento del día.
Decidimos frenar y descansar un poco.
Zafi se juntó con el caballo de Gug bajo un árbol. Al ver esta situación, mire seriamente a Gug y con una voz de desprecio le dije
-Toca a Zafi y muere.
Gug largo una carcajada tras decir que él era tranquilo y que no armaría desorden.
Yo tome la decisión de acostarme boca arriba, con las dos manos apoyadas en mi nuca y ver felizmente el atardecer.
Largue un suspiro. Aquel atardecer era lo mas hermoso que había. Lo mas lindo eran los dragones, aquellos dragones que pasaban volando y yo soñaba con algún día poder vivir aquella experiencia de volar.
Gug se acercó lentamente a mi, se sentó y largando un suspiro preguntó:
-¿Tu crees que Kazuki perdonará lo sucedido? Hablo de...ya sabes...él cree que tu...
-¿Que maté a Arty? No creo...Pero, ¿Sabes? Todo este tiempo que estuve desterrado de Filia nunca supe que estaría pensando Arty en esos momentos ¿Me daría la razón a mi o se pondría de su lado? es algo que nunca sabre, él murió, ya no está, su alma quizás ahora esté quien sabe donde. Pero lo mas curioso es que aveces siento que esta con migo, que me acompaña...En mis sueños, lo veo, lo veo caer del acantilado y sonreírme...lo veo hablándome...
-También lo creo Señor.
Me senté, levanté uno de mis brazos para secarme los ojos ya un poco húmedos y levantándome dije:
-Es hora, Mañana por la mañana llegaremos a Filia.
Alcé la vista para poder ver a Zafi quien estaba muy cerca del caballo de Gug, si, me ponía mal pensar eso.
Pero, allí no estaban.
-¿Zafi? ¿Donde estas?-Pregunté preocupado en un tono alto
A lo que Gug, levantándose nuevamente, repitió.
Ya era tarde, se estaba oscureciendo, el atardecer estaba terminando, los dragones ya no volaban a sus nidos, el cielo se oscurecía cada ves mas y Zafi y el caballo de Gug no aparecían
-¿Donde diablos están?- Preguntó Gug
-¡Esto es todo culpa de tu caballo! ¡Sabia que no debían juntarse!
Gug estirando sus brazos hacia él y agitándolos en un tono de que se detenga le respondió:
-Él no es así, deben haber ido a jugar en algún lado..
-¡¡¿JUGAR?!!
Gug parecía asustado, movía cada vez mas sus manos hacia él pero esta vez decía:
-Hablo de correr, correr hermano, ¡correr!.
Me relajé, si, me ponía muy temeroso no estar cerca de Zafi, ella es todo lo que tengo.
Poco después escuchamos relinchar a los dos caballos.
Mis orejas élficas lo habían captado antes que Gug.
-Por allí- Dije mientras señalaba hacia el norte
Salimos corriendo, saltando largos y duros pastizales. Mis puntiagudas orejas se movían de arriba hacia abajo cada vez que escuchaba el relincho de los caballos.
Realmente en este mundo, oscurece muy rápido; De pronto era muy de noche, apenas nos podíamos ver nuestros propios pies y el gran cielo oscuro con sus sorprendentes luces pequeñas. El único ruido que se escuchaba era aquel "Crack" de los pastizales al pisarlos.
-¿Por que crees que se hallan ido?-Susurró Gug
-¡Shh!
-Okey...
-¡Shhh!
Gug era un gran chico pero, aveces era irritante.
Poco después de caminar tanto, comenzábamos a cansarnos, ya era muy de noche, al siguiente día habría que levantarse temprano y cada vez Gug se ponía mas irritante. Me respiraba en la nuca.
Intenté aguantar, ya que, era tarde, estaba nervioso, no veía nada, podíamos llegar a encontrarnos con una bestia y ¿como vamos a verla? o quizás... si caemos en un pozo.
Seguíamos caminando, Gug aún seguía respiran dome en la nuca. No Aguanté más. Creí que se cansaría de respirar fuerte en mi nuca, pero no.
-¡Ya para de respirar en mi nuca!-Pegue un grito fuerte dándome la vuelta.
Pero la respiración esta vez estaba en mi cara.
-¿Que pasa?- Dijo Gug desde otro lado un poco mas lejos de él.
Repente un relincho fuerte en mi cara. Me asusté, por lo que caí al suelo. y si, los pastizales amortiguaron el golpe.
Era Zafi, siguiéndome.
-¿Así que estuviste todo el tiempo detrás nuestro y no dijiste nada?
-Siempre "tengo que ser yo, ¿no?"-Dijo Gug en un tono furioso cruzándose de brazos.
Largué una carcajada, tomé a Zafi de las riendas y seguimos camino por la oscuridad hacia algún lugar seguro del campo.
Gug, Zafi y yo logramos salir de aquel largo bosque del cual estaba encantado por animales a los cuales yo adoro: Ciervos, Ardillas, Pájaros...Caballos ; Si, caballos, en aquel bosque fue donde encontré a mi mejor amiga, la que me salvó la vida muchas veces tales como yo la he salvado la vida, Zafira, Aquel caballo fiel que salvé del ataque de una Hiena cuando aún ella era joven.
Mientras galopábamos Gug, con su gran sentido del humor, largó una carcajada y dijo:
-Entonces...¿Como has estado sin mi?
Yo, sabiendo de que me hablaba, sonreí y me agaché a darle unas palmadas en el cuello de Zafi.
-Me gustaría saber como estará Mandy en este momento-Dijo Gug apenado mientras llevaba sus manos al pecho-La extraño, pero, quiero salvarla de esa prisión.
Yo largué un suspiro y sonreí nuevamente.
-No te preocupes hermano, la salvaremos.
Ya era tarde y si, se venía el mejor momento del día.
Decidimos frenar y descansar un poco.
Zafi se juntó con el caballo de Gug bajo un árbol. Al ver esta situación, mire seriamente a Gug y con una voz de desprecio le dije
-Toca a Zafi y muere.
Gug largo una carcajada tras decir que él era tranquilo y que no armaría desorden.
Yo tome la decisión de acostarme boca arriba, con las dos manos apoyadas en mi nuca y ver felizmente el atardecer.
Largue un suspiro. Aquel atardecer era lo mas hermoso que había. Lo mas lindo eran los dragones, aquellos dragones que pasaban volando y yo soñaba con algún día poder vivir aquella experiencia de volar.
Gug se acercó lentamente a mi, se sentó y largando un suspiro preguntó:
-¿Tu crees que Kazuki perdonará lo sucedido? Hablo de...ya sabes...él cree que tu...
-¿Que maté a Arty? No creo...Pero, ¿Sabes? Todo este tiempo que estuve desterrado de Filia nunca supe que estaría pensando Arty en esos momentos ¿Me daría la razón a mi o se pondría de su lado? es algo que nunca sabre, él murió, ya no está, su alma quizás ahora esté quien sabe donde. Pero lo mas curioso es que aveces siento que esta con migo, que me acompaña...En mis sueños, lo veo, lo veo caer del acantilado y sonreírme...lo veo hablándome...
-También lo creo Señor.
Me senté, levanté uno de mis brazos para secarme los ojos ya un poco húmedos y levantándome dije:
-Es hora, Mañana por la mañana llegaremos a Filia.
Alcé la vista para poder ver a Zafi quien estaba muy cerca del caballo de Gug, si, me ponía mal pensar eso.
Pero, allí no estaban.
-¿Zafi? ¿Donde estas?-Pregunté preocupado en un tono alto
A lo que Gug, levantándose nuevamente, repitió.
Ya era tarde, se estaba oscureciendo, el atardecer estaba terminando, los dragones ya no volaban a sus nidos, el cielo se oscurecía cada ves mas y Zafi y el caballo de Gug no aparecían
-¿Donde diablos están?- Preguntó Gug
-¡Esto es todo culpa de tu caballo! ¡Sabia que no debían juntarse!
Gug estirando sus brazos hacia él y agitándolos en un tono de que se detenga le respondió:
-Él no es así, deben haber ido a jugar en algún lado..
-¡¡¿JUGAR?!!
Gug parecía asustado, movía cada vez mas sus manos hacia él pero esta vez decía:
-Hablo de correr, correr hermano, ¡correr!.
Me relajé, si, me ponía muy temeroso no estar cerca de Zafi, ella es todo lo que tengo.
Poco después escuchamos relinchar a los dos caballos.
Mis orejas élficas lo habían captado antes que Gug.
-Por allí- Dije mientras señalaba hacia el norte
Salimos corriendo, saltando largos y duros pastizales. Mis puntiagudas orejas se movían de arriba hacia abajo cada vez que escuchaba el relincho de los caballos.
Realmente en este mundo, oscurece muy rápido; De pronto era muy de noche, apenas nos podíamos ver nuestros propios pies y el gran cielo oscuro con sus sorprendentes luces pequeñas. El único ruido que se escuchaba era aquel "Crack" de los pastizales al pisarlos.
-¿Por que crees que se hallan ido?-Susurró Gug
-¡Shh!
-Okey...
-¡Shhh!
Gug era un gran chico pero, aveces era irritante.
Poco después de caminar tanto, comenzábamos a cansarnos, ya era muy de noche, al siguiente día habría que levantarse temprano y cada vez Gug se ponía mas irritante. Me respiraba en la nuca.
Intenté aguantar, ya que, era tarde, estaba nervioso, no veía nada, podíamos llegar a encontrarnos con una bestia y ¿como vamos a verla? o quizás... si caemos en un pozo.
Seguíamos caminando, Gug aún seguía respiran dome en la nuca. No Aguanté más. Creí que se cansaría de respirar fuerte en mi nuca, pero no.
-¡Ya para de respirar en mi nuca!-Pegue un grito fuerte dándome la vuelta.
Pero la respiración esta vez estaba en mi cara.
-¿Que pasa?- Dijo Gug desde otro lado un poco mas lejos de él.
Repente un relincho fuerte en mi cara. Me asusté, por lo que caí al suelo. y si, los pastizales amortiguaron el golpe.
Era Zafi, siguiéndome.
-¿Así que estuviste todo el tiempo detrás nuestro y no dijiste nada?
-Siempre "tengo que ser yo, ¿no?"-Dijo Gug en un tono furioso cruzándose de brazos.
Largué una carcajada, tomé a Zafi de las riendas y seguimos camino por la oscuridad hacia algún lugar seguro del campo.
viernes, 25 de octubre de 2013
Capítulo 12
Mis claros y azulados ojos se me cerraban bajo la fría noche del desierto. Mi cuerpo se sentía realmente muy debilitado. Por debajo de mi ojo izquierdo caía una cicatriz que me llegaba cerca de la boca y mi ropa se encontraba sucia y llena de arena. Yo me encontraba apoyado sobre el lomo de Zafi, mientras que ella, seguía su camino por el desierto, en donde, solo yacíamos allí nosotros dos y las luces del cielo, el cual cada vez que las miraba, me sentía protegido por ellas..
Miré a Zafi una vez mas, ella estaba lastimada también, se la notaba muy cansada por la forma de respirar, el cual impactaba en mi cuerpo. Sabía que dijera lo que dijera, ella no se detendría hasta protegerme. Recordé esa frase muchas veces en mi cabeza, siempre me recordaba a Gug y a Mandrake, su Dragón oculto en aquella cueva de la cascada..
<<Zafi me salvó la vida, Me..me salvó la vida>>
Tras pensar nuevamente en ella, miré una vez mas aquellas luces del cielo y cerré mis ojos..
Mis orejas habían detectado el relinchido de Zafira, el cual me hizo despertar de mi largo sueño. Vi a mi alrededor, aquellas luces del cielo, habían desaparecido y habían dejado lugar a una mas grande y luminosa..
Me encontraba en un Oasis realmente hermoso, no se como llegué a parar allí.. Miré a Zafira una vez más.
-¿Caminaste toda la noche, verdad?- Le dije mientras me acercaba a acariciar su hocico-Me debiste dejar allí. Mírate, estas lastimada.-
El caballo no le dio importancia a lo que dije, ella se acercó lentamente al agua del Oasis en donde hundió su cabeza y con fuerte tirón lo sacó del agua flameando y moviendo gotas de agua de su largo pelaje.
Miré mas allá del Oasis en donde nos encontrábamos. En aquel momento, solo se podía observar dos colores: El Dorado de la Cálida arena, y el Celeste del cielo. Aunque muchos no lo crean, yo era feliz.
Era Feliz junto a mis amigos, a las amistades que conseguí y perdí. Era feliz junto a Zafi..
<<No quiero perder mas gente, quiero vivir momentos, historias con ellos. Acabaré con este infierno, Mataré a Kali, Me vengaré de todos aquellos seres queridos que fueron mis Amigos. Quien sabe que habrá pasado con los demás, Gug, Kazu, Kaoru y su aldea, Mandrake..No dejaré que ocurra de nuevo, no esta vez>>
Dirigí mis delgados dedos hacia mi boca, tomé aire y largue un chillido que hizo mover la cabeza a Zafira hacia donde me encontraba yo, ella se acercó a mi y con un pequeño salto, me subí a su lomo.
Allí ibamos de nuevo, Caballo y Jinete, cuerpo a cuerpo en el desierto.
No pasó mucho tiempo hasta que noté a Zafi detenerse. Me acerqué para ver por que se había detenido. Asomé mi cabeza por la derecha y allí logre ver un pequeño pueblo quemado, lleno de cenizas..
Miré a mi alrededor y de nuevo, volví mi cabeza hacia delante.
Una imagen se me había aparecido en la cabeza, la imagen de una pequeña ciudad muy hermosa, donde niños, adultos y animales vivían allí felices.
Una pequeña lagrima se me apareció por mis ojos. Bajé mi cabeza y golpee ligeramente el lomo de Zafi dándole la orden se continuar.
Allí, a lo lejos, se podía ver un nuevo color, el verdoso y largo pastizal de las Praderas, en donde había que pasar para llegar a Filia, nuestro destino, en donde supuse que encontraríamos a Gug junto a su caballo.
Pasamos lentamente, noté a Zafira un tanto confusa, como si supiera el lugar en donde nos encontrábamos..
Al rededor nuestro se encontraban Arboles con hojas verdes, era increíble ver aquel color en todos lados luego de ver siempre el mismo color dorado de la arena. Me bajé del lomo de Zafira al darme cuenta de que también tenía aquel presentimiento de que conocía el lugar. Caminamos un poco y nos detuvimos frente a un árbol que se encontraba alejado de los demás. Zafi comenzó a oler al rededor del árbol. era extraño, también conocía aquella parte.
Tras minutos de observar, unas imágenes se me vinieron a la mente. La imagen de un animal atacando a Zafi y yo allí, apuntándole. Otra imagen era Zafi dejándose tocar el hocico por mí, cuando yo aun era pequeño.
<<¡Claro! Aquí es donde encontré a ella, a Zafira, donde le salvé la vida de aquella Hiena>>
Seguimos camino, cruzando arboles y plantas del húmedo pantano..
Mis puntiagudas orejas, de nuevo captaron algo a lo lejos, un sonido distinto a los demás que habíamos escuchado en el pantano, era claro que no era un animal de allí. ¡Tenía ritmo!
Nos acercamos lentamente, en donde una persona nos esperaba bajo la sombra de un árbol, mientras que con sus dedos, tocaba un instrumento extraño echo con materiales del pantano.
-¡Gug! ¿Estas bien?- Le grité mientras largaba un suspiro-Te creí muerto.
-¡Joven arquero! Yo te creí muerto igual, pero no, aquí estoy.- Dijo con una mirada sospechosa
Había algo extraño en él, su mirada, su forma de hablar. Él se paró y con una leve voz dijo:
-¿Ocurre algo?
- ¿Que has echo con Gug maldito?
-No se de que hablas, soy yo- Dijo con una carcajada.
Sabía que algo ocurría allí. Saqué a Ladiel una vez mas, el cual entre el el verde de las hojas, impactaba su color dorado por su oro en ella. Até una de mis flechas en ella y apunté a Gug.
-¡Que quien eres! o disparo.
Gug dejó aparecer una sonrisa maleficia en su cara repleta de dientes afilados que hizo que me asustara. Tras eso, alzo su mano y chasqueó sus dedos haciendo aparecer alrededor nuestro una manada de Hienas
Me asusté, bajé a Ladiel y una vez mas, miré a Gug, su cara comenzó a desvanecerse en el aire junto con su cuerpo en una ceniza negra.
El árbol que nos cubría era muy alto, por el cual, no nos tocaba el sol. Las Hienas comenzaron a acercarse lentamente cada vez mas y mas..
Alcé mi vista al tener el presentimiento de que había alguien allí arriba, en el árbol.
Allí se encontraba Gug atado al tronco del árbol con una mordaza blanca en su boca, tapando cada sonido proveniente de ella.
-¡Gug!- Dije.
Recordé que Kaoru me había entregado junto con Ladiel, unas flechas especiales. No me había dicho para que servían, pero rápidamente, las saqué de la funda y apunté a una Hiena.
Al disparar, la flecha abrió su punta en cuatro partes, largando de allí, una especie de gas, que hizo a dos de las hienas Confundirse y atacarse entre ellas..
Las demás hienas, sin entender la situación, atacaron a las dos confusas..
Estábamos libres, era hora de aprovechar a sacar a Gug de allí.
Me trepé al árbol, Até una Liana a una flecha, disparándola con Ladiel, el arco sagrado al suelo..
Desaté a Gug del tronco y por aquella liana, nos deslizamos.
Las Hienas continuaban peleándose.
-Apurémonos, no se cuanto tiempo durará el efecto- Dije mientras con una mano en la espalda de Gug, lo empujaba lejos del árbol.
-Si- dijo él mientras se sacaba la mordaza de la boca.
Me subí al lomo de Zafi y Gug al de su caballo, el cual se encontraba escondido tras un arbol lejos de la situación.
-Debemos continuar- Dije mientras continuábamos nuestro "Pequeño viaje" por el mundo de la verdad.
Miré a Zafi una vez mas, ella estaba lastimada también, se la notaba muy cansada por la forma de respirar, el cual impactaba en mi cuerpo. Sabía que dijera lo que dijera, ella no se detendría hasta protegerme. Recordé esa frase muchas veces en mi cabeza, siempre me recordaba a Gug y a Mandrake, su Dragón oculto en aquella cueva de la cascada..
<<Zafi me salvó la vida, Me..me salvó la vida>>
Tras pensar nuevamente en ella, miré una vez mas aquellas luces del cielo y cerré mis ojos..
Mis orejas habían detectado el relinchido de Zafira, el cual me hizo despertar de mi largo sueño. Vi a mi alrededor, aquellas luces del cielo, habían desaparecido y habían dejado lugar a una mas grande y luminosa..
Me encontraba en un Oasis realmente hermoso, no se como llegué a parar allí.. Miré a Zafira una vez más.
-¿Caminaste toda la noche, verdad?- Le dije mientras me acercaba a acariciar su hocico-Me debiste dejar allí. Mírate, estas lastimada.-
El caballo no le dio importancia a lo que dije, ella se acercó lentamente al agua del Oasis en donde hundió su cabeza y con fuerte tirón lo sacó del agua flameando y moviendo gotas de agua de su largo pelaje.
Miré mas allá del Oasis en donde nos encontrábamos. En aquel momento, solo se podía observar dos colores: El Dorado de la Cálida arena, y el Celeste del cielo. Aunque muchos no lo crean, yo era feliz.
Era Feliz junto a mis amigos, a las amistades que conseguí y perdí. Era feliz junto a Zafi..
<<No quiero perder mas gente, quiero vivir momentos, historias con ellos. Acabaré con este infierno, Mataré a Kali, Me vengaré de todos aquellos seres queridos que fueron mis Amigos. Quien sabe que habrá pasado con los demás, Gug, Kazu, Kaoru y su aldea, Mandrake..No dejaré que ocurra de nuevo, no esta vez>>
Dirigí mis delgados dedos hacia mi boca, tomé aire y largue un chillido que hizo mover la cabeza a Zafira hacia donde me encontraba yo, ella se acercó a mi y con un pequeño salto, me subí a su lomo.
Allí ibamos de nuevo, Caballo y Jinete, cuerpo a cuerpo en el desierto.
No pasó mucho tiempo hasta que noté a Zafi detenerse. Me acerqué para ver por que se había detenido. Asomé mi cabeza por la derecha y allí logre ver un pequeño pueblo quemado, lleno de cenizas..
Miré a mi alrededor y de nuevo, volví mi cabeza hacia delante.
Una imagen se me había aparecido en la cabeza, la imagen de una pequeña ciudad muy hermosa, donde niños, adultos y animales vivían allí felices.
Una pequeña lagrima se me apareció por mis ojos. Bajé mi cabeza y golpee ligeramente el lomo de Zafi dándole la orden se continuar.
Allí, a lo lejos, se podía ver un nuevo color, el verdoso y largo pastizal de las Praderas, en donde había que pasar para llegar a Filia, nuestro destino, en donde supuse que encontraríamos a Gug junto a su caballo.
Pasamos lentamente, noté a Zafira un tanto confusa, como si supiera el lugar en donde nos encontrábamos..
Al rededor nuestro se encontraban Arboles con hojas verdes, era increíble ver aquel color en todos lados luego de ver siempre el mismo color dorado de la arena. Me bajé del lomo de Zafira al darme cuenta de que también tenía aquel presentimiento de que conocía el lugar. Caminamos un poco y nos detuvimos frente a un árbol que se encontraba alejado de los demás. Zafi comenzó a oler al rededor del árbol. era extraño, también conocía aquella parte.
Tras minutos de observar, unas imágenes se me vinieron a la mente. La imagen de un animal atacando a Zafi y yo allí, apuntándole. Otra imagen era Zafi dejándose tocar el hocico por mí, cuando yo aun era pequeño.
<<¡Claro! Aquí es donde encontré a ella, a Zafira, donde le salvé la vida de aquella Hiena>>
Seguimos camino, cruzando arboles y plantas del húmedo pantano..
Mis puntiagudas orejas, de nuevo captaron algo a lo lejos, un sonido distinto a los demás que habíamos escuchado en el pantano, era claro que no era un animal de allí. ¡Tenía ritmo!
Nos acercamos lentamente, en donde una persona nos esperaba bajo la sombra de un árbol, mientras que con sus dedos, tocaba un instrumento extraño echo con materiales del pantano.
-¡Gug! ¿Estas bien?- Le grité mientras largaba un suspiro-Te creí muerto.
-¡Joven arquero! Yo te creí muerto igual, pero no, aquí estoy.- Dijo con una mirada sospechosa
Había algo extraño en él, su mirada, su forma de hablar. Él se paró y con una leve voz dijo:
-¿Ocurre algo?
- ¿Que has echo con Gug maldito?
-No se de que hablas, soy yo- Dijo con una carcajada.
Sabía que algo ocurría allí. Saqué a Ladiel una vez mas, el cual entre el el verde de las hojas, impactaba su color dorado por su oro en ella. Até una de mis flechas en ella y apunté a Gug.
-¡Que quien eres! o disparo.
Gug dejó aparecer una sonrisa maleficia en su cara repleta de dientes afilados que hizo que me asustara. Tras eso, alzo su mano y chasqueó sus dedos haciendo aparecer alrededor nuestro una manada de Hienas
Me asusté, bajé a Ladiel y una vez mas, miré a Gug, su cara comenzó a desvanecerse en el aire junto con su cuerpo en una ceniza negra.
El árbol que nos cubría era muy alto, por el cual, no nos tocaba el sol. Las Hienas comenzaron a acercarse lentamente cada vez mas y mas..
Alcé mi vista al tener el presentimiento de que había alguien allí arriba, en el árbol.
Allí se encontraba Gug atado al tronco del árbol con una mordaza blanca en su boca, tapando cada sonido proveniente de ella.
-¡Gug!- Dije.
Recordé que Kaoru me había entregado junto con Ladiel, unas flechas especiales. No me había dicho para que servían, pero rápidamente, las saqué de la funda y apunté a una Hiena.
Al disparar, la flecha abrió su punta en cuatro partes, largando de allí, una especie de gas, que hizo a dos de las hienas Confundirse y atacarse entre ellas..
Las demás hienas, sin entender la situación, atacaron a las dos confusas..
Estábamos libres, era hora de aprovechar a sacar a Gug de allí.
Me trepé al árbol, Até una Liana a una flecha, disparándola con Ladiel, el arco sagrado al suelo..
Desaté a Gug del tronco y por aquella liana, nos deslizamos.
Las Hienas continuaban peleándose.
-Apurémonos, no se cuanto tiempo durará el efecto- Dije mientras con una mano en la espalda de Gug, lo empujaba lejos del árbol.
-Si- dijo él mientras se sacaba la mordaza de la boca.
Me subí al lomo de Zafi y Gug al de su caballo, el cual se encontraba escondido tras un arbol lejos de la situación.
-Debemos continuar- Dije mientras continuábamos nuestro "Pequeño viaje" por el mundo de la verdad.
sábado, 19 de octubre de 2013
Capítulo 11
Algo extraño noté en la fría cara de Gug al pasar por el lago que llevaba a la cascada. Una expresión un tanto decidida. Los oscuros y largos pelajes de nuestros caballos flameaban en el aire mientras que cabalgábamos sobre ellos por la fría selva...Noté a Gug largar un cálido humo de su boca cada vez que respiraba.
A lo lejos, llegábamos a ver una pequeña luz entre los arboles.
-¡Una Luz!- Gritó Gug mientras que de nuevo, largaba un humo blanquecino de su boca- Por fin saldremos de este lugar.
Esquivamos unos cuantos arboles hasta que por fin llegamos a aquella luz que aparecía en la punta de la oscura y fría selva.
Al salir, la luz nos iluminó la cara por completo, llevamos nuestros brazos a la cara, cubriéndonos del sol.
-¡Maldito sol!- Grité mientras me descubría la cara poco a poco.
Detrás de esa oscura selva, se escondía un caluroso y iluminado desierto. Tiramos de las riendas al ver a lo lejos una silueta oscura..
-¿Que diablos es eso?- Preguntó Gug sorprendido.
-No lo se- Le respondí mientras lentamente me bajaba de Zafira.
Me acerqué lentamente mientras que miraba los alrededores. La misteriosa silueta, tomaba el aspecto de una persona con una manta negra encima..
Desde lejos, Gug me gritaba:
-!¿Que es?!
Decidí tomar la manta que llevaba encima. Al sacarla noté que lo que estaba detrás de aquella manta en el desierto era un cadáver, así es, un cadáver, sin piel ni órganos, tirado en el suelo con una flecha clavada en su espalda..
Miré una vez mas la manta que llevaba y allí pude ver el logo de Filia.
<<¡Claro! Ésta es la persona que quiso matarme, que hirió a Zafira con una de sus flechas>>
-Me pregunto por que aún sigue aquí.
-¡¿Que es, Snaar?!- Me gritó una vez más Gug.
-Nada, Sigamos- Le respondí mientras me levantaba lentamente..
Tomé a Zafira de las riendas y me subí en su lomo. Seguimos camino..
El cielo iba cambiando de color, Si, llegaba el atardecer, mi etapa preferida...En donde los grandes y pequeños dragones vuelan a través del anaranjado paisaje.
Gug me notó extraño al verme mirar con alegría el cielo..
-¿Ocurre algo?-
-No, no es nada- Dije mientras bajaba la mirada disimuladamente..
Un sonido extraño pasó por mis oídos, ese sonido que había escuchado tantas veces, el sonido del dolor, del grito, de la muerte.
-¿Has escuchado eso?- Le pregunté
-Amm..No, ¿que debí escuchar?- Preguntó Gug tras una carcajada
Nos detuvimos a observar los alrededores, a deducir que habría sido aquel grito que escuché..
Tras minutos, Gug gritó:
-¡Corre Sylph, Corre!-
Miré hacia atrás..una manada de Hienas se acercaba velozmente hacia nosotros..
Rápidamente, golpeé el lomo de Zafira y seguí a Gug..
Las Hienas eran realmente muy veloces, ellas se acercaban al lado del Zafira y intentaban derribar mordiéndole los tobillos..
Rápidamente, Saqué a Ladiel, el Arco sagrado que me otorgó Kaoru, el rey de los Zakatsu..
La cargué con una flecha y disparé a una.
La Hiena cayó al suelo herida, quizás muerta. Aun quedaban unas dos mas..
Cargué otra flecha a Ladiel, Apunté a la Hiena que teníamos a nuestra izquierda. Por desgracia, olvidé mirar hacia mi derecha..Otra hiena se había enganchado con sus dientes al lomo de Zafira..
Mordió mi Brazo derecho y me tiro de ella..
Caí al suelo con la Hiena a mi lado, Levante la cabeza, A lo lejos pude ver a Zafira y a Gug correr con su caballo a toda velocidad lejos de mí...
-¡Augh!- Susurré mientras estaba en el suelo.
Rodé sobre mi cuerpo en la cálida arena del desierto..
Me arrodillé poniendo mis manos en el suelo y agachando la cabeza..
Mis puntiagudas orejas titilaron al sentir nuevamente, un sonido extraño, Un gruñido.
Lentamente, alcé mi cabeza y logré ver a la Hiena mostrando sus filosos dientes hacia mí..
<<Es mi fin, lo he intentado, eso es lo importante, Quizás pueda llegar a ver de nuevo a mis viejos amigos en la nueva vida, a Arty, a Wildo, y ¿quien sabe? Quizás a Gug y a Kazu en algún momento>>
Bajé la cabeza cerrando los ojos, mientras esperaba que la Bestia se lance ferozmente sobre mí..
De nuevo. Mis orejas captaron algo.. Tras eso, un golpe, Lentamente alcé nuevamente la vista..
Allí estaba mi fiel compañera, Zafira, lastimando una y otra vez a la Hiena. Le Sonreí.
<<Zafi me salvó la vida al igual que yo a ella aquella vez>>
Ella asustada, me relinchó y me subí débilmente a su lomo..
Corrimos a mas no poder, el viento impactaba demasiado en mi cara mientras oscurecía en el desierto.
<<Zafi, me salvó la vida...Me, me salvó la vida...>>
A lo lejos, llegábamos a ver una pequeña luz entre los arboles.
-¡Una Luz!- Gritó Gug mientras que de nuevo, largaba un humo blanquecino de su boca- Por fin saldremos de este lugar.
Esquivamos unos cuantos arboles hasta que por fin llegamos a aquella luz que aparecía en la punta de la oscura y fría selva.
Al salir, la luz nos iluminó la cara por completo, llevamos nuestros brazos a la cara, cubriéndonos del sol.
-¡Maldito sol!- Grité mientras me descubría la cara poco a poco.
Detrás de esa oscura selva, se escondía un caluroso y iluminado desierto. Tiramos de las riendas al ver a lo lejos una silueta oscura..
-¿Que diablos es eso?- Preguntó Gug sorprendido.
-No lo se- Le respondí mientras lentamente me bajaba de Zafira.
Me acerqué lentamente mientras que miraba los alrededores. La misteriosa silueta, tomaba el aspecto de una persona con una manta negra encima..
Desde lejos, Gug me gritaba:
-!¿Que es?!
Decidí tomar la manta que llevaba encima. Al sacarla noté que lo que estaba detrás de aquella manta en el desierto era un cadáver, así es, un cadáver, sin piel ni órganos, tirado en el suelo con una flecha clavada en su espalda..
Miré una vez mas la manta que llevaba y allí pude ver el logo de Filia.
<<¡Claro! Ésta es la persona que quiso matarme, que hirió a Zafira con una de sus flechas>>
-Me pregunto por que aún sigue aquí.
-¡¿Que es, Snaar?!- Me gritó una vez más Gug.
-Nada, Sigamos- Le respondí mientras me levantaba lentamente..
Tomé a Zafira de las riendas y me subí en su lomo. Seguimos camino..
El cielo iba cambiando de color, Si, llegaba el atardecer, mi etapa preferida...En donde los grandes y pequeños dragones vuelan a través del anaranjado paisaje.
Gug me notó extraño al verme mirar con alegría el cielo..
-¿Ocurre algo?-
-No, no es nada- Dije mientras bajaba la mirada disimuladamente..
Un sonido extraño pasó por mis oídos, ese sonido que había escuchado tantas veces, el sonido del dolor, del grito, de la muerte.
-¿Has escuchado eso?- Le pregunté
-Amm..No, ¿que debí escuchar?- Preguntó Gug tras una carcajada
Nos detuvimos a observar los alrededores, a deducir que habría sido aquel grito que escuché..
Tras minutos, Gug gritó:
-¡Corre Sylph, Corre!-
Miré hacia atrás..una manada de Hienas se acercaba velozmente hacia nosotros..
Rápidamente, golpeé el lomo de Zafira y seguí a Gug..
Las Hienas eran realmente muy veloces, ellas se acercaban al lado del Zafira y intentaban derribar mordiéndole los tobillos..
Rápidamente, Saqué a Ladiel, el Arco sagrado que me otorgó Kaoru, el rey de los Zakatsu..
La cargué con una flecha y disparé a una.
La Hiena cayó al suelo herida, quizás muerta. Aun quedaban unas dos mas..
Cargué otra flecha a Ladiel, Apunté a la Hiena que teníamos a nuestra izquierda. Por desgracia, olvidé mirar hacia mi derecha..Otra hiena se había enganchado con sus dientes al lomo de Zafira..
Mordió mi Brazo derecho y me tiro de ella..
Caí al suelo con la Hiena a mi lado, Levante la cabeza, A lo lejos pude ver a Zafira y a Gug correr con su caballo a toda velocidad lejos de mí...
-¡Augh!- Susurré mientras estaba en el suelo.
Rodé sobre mi cuerpo en la cálida arena del desierto..
Me arrodillé poniendo mis manos en el suelo y agachando la cabeza..
Mis puntiagudas orejas titilaron al sentir nuevamente, un sonido extraño, Un gruñido.
Lentamente, alcé mi cabeza y logré ver a la Hiena mostrando sus filosos dientes hacia mí..
<<Es mi fin, lo he intentado, eso es lo importante, Quizás pueda llegar a ver de nuevo a mis viejos amigos en la nueva vida, a Arty, a Wildo, y ¿quien sabe? Quizás a Gug y a Kazu en algún momento>>
Bajé la cabeza cerrando los ojos, mientras esperaba que la Bestia se lance ferozmente sobre mí..
De nuevo. Mis orejas captaron algo.. Tras eso, un golpe, Lentamente alcé nuevamente la vista..
Allí estaba mi fiel compañera, Zafira, lastimando una y otra vez a la Hiena. Le Sonreí.
<<Zafi me salvó la vida al igual que yo a ella aquella vez>>
Ella asustada, me relinchó y me subí débilmente a su lomo..
Corrimos a mas no poder, el viento impactaba demasiado en mi cara mientras oscurecía en el desierto.
<<Zafi, me salvó la vida...Me, me salvó la vida...>>
domingo, 13 de octubre de 2013
Capítulo 10
La cueva de la cascada donde nos encontrábamos, era realmente tenebrosa, y lo decía un elfo de 16 años el cual vio mucho terror.
Noté a Gugston muy feliz después de verle dado la propuesta de llegar a mi destino, a mi meta; Mostrarle la verdad a Kazuki y acabar con la bruja que acababa con cada vida que se cruzaba en mi camino, cada amigo, cada familia, cada ser vivo...
Gugston estiró su mano hacia mi con una sonrisa en la cara y felizmente me dijo:
-Snaar, le prometo que no moriré..soy fuerte, no moriré hasta cumplir mi sueño, hacer feliz a la gente que me rodea, la gente como tu, que tiene deseos muy importantes que deben ser realizados y el sueño de salvar a Mandrake, mi dragón, de esta terrible pesadilla-Dijo con la cabeza gacha-Confíe en mi, Sylph.
La verdad, Gugston era un buen guerrero, valiente, uno de esos guerreros que no se ven a menudo, uno de los que no se rinden jamás. Aveces tenía miedo de él, Tenía miedo de que la Bruja termine una vez mas con la vida de las personas que quiero.. Ya vi morir a dos grandes héroes de mi vida, Artyon: Mi gran amigo de la infancia, el cual me ayudo junto a Kazuki, a resolver mis problemas de pequeño, el que a pesar de ser chistoso, se preocupaba por mi, por Kazuki, por sus amigos. y a Wildo: Un gran héroe que pasó por mi vida, un héroe el cual a pesar que no llevase capa, antifaz y no tenga poderes, él fue el héroe que salvo mi vida, el héroe que se sacrificó para salvar mi vida, el cual fui su mejor amigo, su único amigo...
Bajé la mirada mientras pensaba en ellos dos, en que pasaría si pierdo una vez mas a un ser querido..
-No lo permitiré.-Dije entre dientes- ¡Acabaré con ella!
-Estoy contigo-Dijo Gug apoyando su mano derecha en mi hombro.
Lo miré y le dirigí una sonrisa.
-Soldado, valla a dormir, mañana será la partida, rumbo a Filia, en busca de Kazuki.- Dije mientras me alejaba de la cueva observando una vez mas al gran dragón blanco que esta vez estaba echado en el suelo.
-¿Filia?-Dijo con voz baja- ¡Si, señor!
Al siguiente día, una luz me despertó, la luz del sol.
Tapé mi cara con mis manos, apartándolas de la luz mientras me levantaba de la cama..
-Es hora- Dije.
La Habitación era bastante linda, no era como en Filia, todo de piedra y madera, sino que todo estaba echo de paja, bambú y hojas de palmeras, me la quedé observando bastante tiempo. Me dirigí hacia el armario, un armario muy bonito, tallado a mano, con siluetas muy extrañas. Lo abrí, allí dentro, encontré mucha ropa..
Me decidí por un atuendo extraño: una camisa azul echa a mano por los Zakatsu, la aldea en donde estaba alojado. Me probé la camisa, y un pantalón negro que encontré en un cajón.
-Genial.-Dije mientras dirigía mi mano izquierda al bolsillo del pantalón
Dentro de éste, había algo, rápidamente saqué mi mano con el objeto en mi mano, lo miré.
-¿Un Anillo atado a un hilo?- me pregunté.
Decidí colocarlo en mi cuello, en forma de collar.
-Me veo genial- dije mientras tomaba la funda de las flechas que estaba al lado de la cama.
Justo al lado de éste, se encontraba Ladiel, el gran Arco sagrado, el cual me obsequió Kaoru por ser para ellos el "Sylph". Lo tomé y con una sonrisa, bajé las escaleras de la torre en donde se encontraba la habitación. Salí afuera y una vez mas, allí, me esperaba Zafira, saltando y relinchando mientras que su pelaje se movía de un lado al otro entre la luz del sol..
-¡Zafi!- Dije mientras corría felizmente hacia ella.
Puse la montura sobre su lomo y tomé sus riendas mientras me dirigía hacia la zona de los tres templos
Los templos eran enormes, todos tallado a mano en forma de pirámides.
En la puerta de uno de ellos, me encontré a Gugston, esta vez, lo vi distinto. Claro, en la oscuridad de la cueva, solo con una antorcha, no podía ver su rostro ni nada. Ahora que lo tenia cara a cara, lo podía ver mejor.
Su pelo era azulado y largo hasta el cuello, solo un mechón se le cruzaba entre los dos ojos. sus ojos eran rojos y llevaba puesto un traje gótico gris y negro..
Tras él, se encontraba un gran caballo tan grande como Zafira, color Blanco..
Nos miramos mutuamente y nos dirigimos al templo central, en donde Kaoru, el Rey de los Zakatsu se encontraba sentado en su trono..
Mientras caminábamos hacia él, observábamos con atención el gran cuadro que estaba por encima de él..
Una persona a caballo, con Ladiel, el Arco sagrado. Junto a él, una persona con Xecron, la espada de Hércules..
Aún no entendía que trataba de explicar..
-Buen día, señor- Dijo Gugston mientras se agachaba ante Kaoru.
Yo seguía observando el cuadro, ya hasta había olvidado a que íbamos allí..
-¡Snaar, al suelo!- Me gritaba Gug entre dientes mientras estaba agachado en el suelo..
-Ah, si, lo siento..- Dije.
-Con que quieren matar a Kali..- Dijo el sabio mientras que acariciaba su barba..
-¿Kali?- Pregunté..
-Kali, la Diosa Oscura, capaz de "Matar" sigilosamente a personas felices...
Kali...Kali...El nombre me invadía cada vez mas en mi mente, no paraba de pensar en aquel nombre, yo sabía que en algún lado, había escuchado aquel nombre...
<<¡Claro! Kali era la bruja de los cuentos que me contaba mi tío Kaizer cuando era pequeño>>
-Con que así se llama- Dijo Gug pensativo..
-Mucha suerte, Sylph, y a usted también, gran guerrero..- Dijo el viejo mientras se paraba lentamente.
Le sonreímos y nos pegamos media vuelta..
-La profecía...Está completa- Dijo mientras se daba vuelta para observar el gran Cuadro..
Tomamos nuestro caballo y nos dirigimos en sentido al Este..
Pasamos por el río, observe fijamente la cascada, en donde detrás de esta, se encontraba la cueva en donde estaba Mandrake, el Gran dragón blanco, Dios de la Sabiduría, de la curación..
-¡Que el Show comience!-
Noté a Gugston muy feliz después de verle dado la propuesta de llegar a mi destino, a mi meta; Mostrarle la verdad a Kazuki y acabar con la bruja que acababa con cada vida que se cruzaba en mi camino, cada amigo, cada familia, cada ser vivo...
Gugston estiró su mano hacia mi con una sonrisa en la cara y felizmente me dijo:
-Snaar, le prometo que no moriré..soy fuerte, no moriré hasta cumplir mi sueño, hacer feliz a la gente que me rodea, la gente como tu, que tiene deseos muy importantes que deben ser realizados y el sueño de salvar a Mandrake, mi dragón, de esta terrible pesadilla-Dijo con la cabeza gacha-Confíe en mi, Sylph.
La verdad, Gugston era un buen guerrero, valiente, uno de esos guerreros que no se ven a menudo, uno de los que no se rinden jamás. Aveces tenía miedo de él, Tenía miedo de que la Bruja termine una vez mas con la vida de las personas que quiero.. Ya vi morir a dos grandes héroes de mi vida, Artyon: Mi gran amigo de la infancia, el cual me ayudo junto a Kazuki, a resolver mis problemas de pequeño, el que a pesar de ser chistoso, se preocupaba por mi, por Kazuki, por sus amigos. y a Wildo: Un gran héroe que pasó por mi vida, un héroe el cual a pesar que no llevase capa, antifaz y no tenga poderes, él fue el héroe que salvo mi vida, el héroe que se sacrificó para salvar mi vida, el cual fui su mejor amigo, su único amigo...
Bajé la mirada mientras pensaba en ellos dos, en que pasaría si pierdo una vez mas a un ser querido..
-No lo permitiré.-Dije entre dientes- ¡Acabaré con ella!
-Estoy contigo-Dijo Gug apoyando su mano derecha en mi hombro.
Lo miré y le dirigí una sonrisa.
-Soldado, valla a dormir, mañana será la partida, rumbo a Filia, en busca de Kazuki.- Dije mientras me alejaba de la cueva observando una vez mas al gran dragón blanco que esta vez estaba echado en el suelo.
-¿Filia?-Dijo con voz baja- ¡Si, señor!
Al siguiente día, una luz me despertó, la luz del sol.
Tapé mi cara con mis manos, apartándolas de la luz mientras me levantaba de la cama..
-Es hora- Dije.
La Habitación era bastante linda, no era como en Filia, todo de piedra y madera, sino que todo estaba echo de paja, bambú y hojas de palmeras, me la quedé observando bastante tiempo. Me dirigí hacia el armario, un armario muy bonito, tallado a mano, con siluetas muy extrañas. Lo abrí, allí dentro, encontré mucha ropa..
Me decidí por un atuendo extraño: una camisa azul echa a mano por los Zakatsu, la aldea en donde estaba alojado. Me probé la camisa, y un pantalón negro que encontré en un cajón.
-Genial.-Dije mientras dirigía mi mano izquierda al bolsillo del pantalón
Dentro de éste, había algo, rápidamente saqué mi mano con el objeto en mi mano, lo miré.
-¿Un Anillo atado a un hilo?- me pregunté.
Decidí colocarlo en mi cuello, en forma de collar.
-Me veo genial- dije mientras tomaba la funda de las flechas que estaba al lado de la cama.
Justo al lado de éste, se encontraba Ladiel, el gran Arco sagrado, el cual me obsequió Kaoru por ser para ellos el "Sylph". Lo tomé y con una sonrisa, bajé las escaleras de la torre en donde se encontraba la habitación. Salí afuera y una vez mas, allí, me esperaba Zafira, saltando y relinchando mientras que su pelaje se movía de un lado al otro entre la luz del sol..
-¡Zafi!- Dije mientras corría felizmente hacia ella.
Puse la montura sobre su lomo y tomé sus riendas mientras me dirigía hacia la zona de los tres templos
Los templos eran enormes, todos tallado a mano en forma de pirámides.
En la puerta de uno de ellos, me encontré a Gugston, esta vez, lo vi distinto. Claro, en la oscuridad de la cueva, solo con una antorcha, no podía ver su rostro ni nada. Ahora que lo tenia cara a cara, lo podía ver mejor.
Su pelo era azulado y largo hasta el cuello, solo un mechón se le cruzaba entre los dos ojos. sus ojos eran rojos y llevaba puesto un traje gótico gris y negro..
Tras él, se encontraba un gran caballo tan grande como Zafira, color Blanco..
Nos miramos mutuamente y nos dirigimos al templo central, en donde Kaoru, el Rey de los Zakatsu se encontraba sentado en su trono..
Mientras caminábamos hacia él, observábamos con atención el gran cuadro que estaba por encima de él..
Una persona a caballo, con Ladiel, el Arco sagrado. Junto a él, una persona con Xecron, la espada de Hércules..
Aún no entendía que trataba de explicar..
-Buen día, señor- Dijo Gugston mientras se agachaba ante Kaoru.
Yo seguía observando el cuadro, ya hasta había olvidado a que íbamos allí..
-¡Snaar, al suelo!- Me gritaba Gug entre dientes mientras estaba agachado en el suelo..
-Ah, si, lo siento..- Dije.
-Con que quieren matar a Kali..- Dijo el sabio mientras que acariciaba su barba..
-¿Kali?- Pregunté..
-Kali, la Diosa Oscura, capaz de "Matar" sigilosamente a personas felices...
Kali...Kali...El nombre me invadía cada vez mas en mi mente, no paraba de pensar en aquel nombre, yo sabía que en algún lado, había escuchado aquel nombre...
<<¡Claro! Kali era la bruja de los cuentos que me contaba mi tío Kaizer cuando era pequeño>>
-Con que así se llama- Dijo Gug pensativo..
-Mucha suerte, Sylph, y a usted también, gran guerrero..- Dijo el viejo mientras se paraba lentamente.
Le sonreímos y nos pegamos media vuelta..
-La profecía...Está completa- Dijo mientras se daba vuelta para observar el gran Cuadro..
Tomamos nuestro caballo y nos dirigimos en sentido al Este..
Pasamos por el río, observe fijamente la cascada, en donde detrás de esta, se encontraba la cueva en donde estaba Mandrake, el Gran dragón blanco, Dios de la Sabiduría, de la curación..
-¡Que el Show comience!-
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